Tarde de saldos en Anoeta


Foto: LFP
Anoeta no fue consuelo. El Celta solo encuentra la felicidad en el sur, y en su visita a Donosti no pudo más que salir escaldado de un partido en el que la defensa céltica se puso en el escaparate de nuevo. Y no para bien. Porque la zaga celeste, renovada en todos sus puestos a excepción del lateral derecho respecto a la visita del Rayo Vallecano, fue el aliado perfecto para una Real que también contó con el beneplácito de Muñiz Fernández y de un banquillo visitante al que le faltaron reflejos para cerrar el partido.

El once
Una defensa renovada
No hubo sorpresas ni inventivas, y Andreu Fontás fue el elegido para suplir a Borja Oubiña en el pivote defensivo. Su cambio de ubicación obligó a Luis Enrique a tomar decisiones en la defensa, y, ya puestos, se lió la manta a la cabeza y solo dejó al capitán Hugo Mallo en el lateral. El costado zurdo se lo confió a un Jonny que ya había hecho sus pinitos en la demarcación en su etapa de formación, y que ayer no hizo echar de menos a Toni. Al contrario. Las bandas, por las que a menudo sufre el Celta, fueron con claridad lo más consistente de una defensa que naufragó por el centro. Cabral demostró de nuevo que es un central expeditivo, pero que se ciega con el balón en los pies, y en el cómputo global de Aurtentexe hubo muchos errores y casi ningún acierto.

Defensa de cinco
Cantidad o calidad
Las actitudes conservadoras y el Celta son dos piezas de un puzle imposible de cuadrar. Y más, cuando a los celestes les entra el pánico escénico propio de quién se ve con un hombre menos. Cuando a los de Luis Enrique les tocó guardar la ropa, lo único que consiguieron fue alinear jugadores en una zaga en la que cantidad no fue sinónimo de calidad. Aurtenetxe y David Costas fueron testigos privilegiados de la tarde para la historia de Carlos Vela. Meros acompañantes que no fueron capaces de atar al delantero mexicano en su día de gloria.

La portería
Los números, por los suelos
Que Yoel está firmando una temporada para enmarcar es indiscutible. Sin embargo, el meta vigués vio cómo ayer sus números se iban por los suelos al encajar cuatro goles. La última vez que había recibido gol lejos de Balaídos había sido en el Calderón, el seis de octubre.

La medular
Sin contención ni creación
Andreu Fontás fue el hombre designado para suplir las labores de Borja Oubiña en el pivote defensivo. Sin embargo, no fue capaz de dotar al centro del campo de la consistencia que el capitán estaba aportando en las últimas jornadas. El conjunto céltico no consiguió hacerse con el dominio del balón más allá de en momentos puntuales, y eso obligó a que los hombres de corte ofensivo tuviesen que buscarse la vida por las bandas, puesto que el centro del campo no surtía de balones para enfilar el ataque. La línea media viguesa resultó ser una vía de entrada para la Real, pero no una de salida para el ataque céltico.

El ataque
La segunda línea
Álex López y Rafinha, dos hombres de segunda línea, fueron los encargados de poner los goles célticos en Anoeta en otra jornada en blanco para Charles. El ferrolano se ha destapado como el pichichi del equipo gracias a su desparpajo a la hora de disparar a la portería contraria, mientras que el hijo de Mazinho, ayer por la banda derecha, se convirtió en el hombre gol del Celta al aprovechar primero un centro de Jonny, y luego al poner en evidencia a los centrales de la Real. Curioso resultó ver cómo Jonny, cuya aportación ofensiva el curso pasado pasaba inadvertida, centró a la perfección su primer balón como lateral zurdo.

La estrategia
¿Los frutos de A Madroa?
Luis Enrique echó el candado a A Madroa para preparar la visita a Anoeta. Sin embargo, los frutos de ese cerrojazo no se vieron en Donosti. El Celta se mantiene como el único equipo de Primera que todavía no ha marcado ni a balón parado ni en jugada de estrategia, y ayer no se vio al equipo con mucha más idea que en jornadas anteriores. Ni a la hora de realizarlas, ni a la hora de taponarlas. Se vio en el tercer gol de Vela. Cada balón que surge del lateral es una daga para los vigueses.

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