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Foto: José Lores |
Santi Mina y David Costas eran dos de los protagonistas de la previa. Las dos apuestas de Luis Enrique siguen dando pasos agigantados en su carrera deportiva. En la práctica, son dos jugadores del primer equipo. Este pasado fin de semana afrontaban una cita especial. Enfrente estaba el Sevilla, un club que en el mes de mayo les privó tanto a ellos como al resto de la "generación del 95" ganar la primera Copa de Campeones Juvenil de la historia del Celta.
El conjunto vigués era el favorito para conquistar el título. El rendimiento en temporada regular había sido sobresaliente. El equipo que dirigía David de Dios había accedido a la final tras humillar al favorito de la competición, el Real Madrid (4-1), y mostrar una contundencia sorprendente en ambas áreas ante el Villarreal (4-1).
Llegaba la cita decisiva. En Balaídos. Enfrente estaba el vigente campeón, un Sevilla que no tenía un fútbol vistoso, pero que destacaba por su pragmatismo. Santi Mina ya era una de las sensaciones de la Copa de Campeones. El estilo del cuadro hispalense se impuso al del Celta. El Sevilla encarriló el triunfo con los tantos de Pavón, de penalti, y Carlos –la otra figura de este torneo-. El conjunto vigués tiró de épica en la recta final. Mina transformó una pena máxima que daba emoción a la final, pero Juanje, en el 90, sentenciaba la final. El tanto de Berto sólo sirvió para maquillar el resultado.
La imagen tras el pitido final fue dramática. Propia de lo conocido futbolísticamente como un "Maracanazo". El Celta volvía a quedarse a las puertas de la Copa de Campeones Juvenil. Lo hacía de una forma cruel. En su estado, ante su gente. Un escaso premio a la propuesta de una generación comandada por David de Dios. El club vigués mostraba el poderío de su cantera a toda España. El problema, que esa grandeza no había obtenido recompensa.
Medio año después esa "generación del 95" sigue mostrando sus credenciales. Rubén Blanco fue clave en la permanencia del Celta. En la actualidad, David Costas y Santi Mina se han asentado en el primer equipo. El delantero vigués, la estrella de la última edición de la Copa de Campeones, formó parte del equipo inicial que asaltó el Sánchez Pizjuán. El Sevilla se estrelló esta vez ante un conjunto vigués que se siente a gusto en Andalucía. Mina no marcó, pero dejó su carta de presentación con un remate al palo y una multitud de acciones que demuestran que el Celta tiene delantero para mucho tiempo.
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