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| Foto: EFE |
Desde su llegada a Vigo, Andreu Fontás se convirtió en uno de los futbolistas más controvertidos y cuestionados del Celta. El rendimiento del futbolista catalán no fue el mejor en los primeros partidos de Liga, y las críticas arreciaron especialmente cuando los resultados, que acompañaron en los encuentros iniciales del campeonato, dejaron de llegar. Ni como central ni como mediocentro acababa de convencer Fontás, aunque las críticas se centraban especialmente cuando actuaba como zaguero.
Tal vez pudiese influir el hecho de que viniese a sustituir a Túñez, uno de los jugadores más queridos por la afición, y que resultó ser descartado por Luis Enrique tras la llegada de su ex pupilo en el Barcelona B. De todos modos, al margen de esta cuestión, el juego de Fontás no fue bueno durante los primeros partidos. Lento, superado en muchas ocasiones, sus compañeros se veían obligados a salvarle el tipo en más de una ocasión. Tampoco su salida de balón, esa por la que había llegado a Vigo, era tan destacable, y su presencia en el once inicial, jugase como jugase, desquiciaba a un sector de la afición.
Pero la confianza de Luis Enrique, ilimitada en su casa, ha ido dando frutos. El catalán se va sintiendo más cómodo con el paso de las jornadas, y su rendimiento ha crecido de forma notable en los últimos encuentros. Ya demostró buenas maneras ante el Levante, y ese buen juego lo confirmó ayer en Málaga, donde estuvo impecable en casi todos los aspectos que se requieren a un central. Su mejoría es una de las mejores noticias para el Celta, que había flaqueado mucha en esa zona durante los primeros compases de la temporada. Es pronto para decir si este problema está resuelto, pero es bueno que la afición vaya confiando en un jugador que tiene unas condiciones magníficas para esa posición, pero que no las había podido mostrar todavía en Vigo.
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