El modelo del éxito bajo palos


Iván Villar (Foto: Xoan Carlos Gil ) 
Un portero puede surgir por generación espontánea, pero que cuatro de garantías y con proyección coincidan en el tiempo, no puede ser casualidad. Qué tipo de trabajo desarrolla el Celta para encomendar su portería en Primera a dos canteranos como Yoel o Sergio, o por qué Rubén e Iván Villar baten récords de precocidad. La respuesta está en la labor de captación, en la metodología de trabajo desde la base y en las oportunidades que posibilita una filosofía de cantera.




Captación
Seguimiento e invitación a entrenar en A Madroa durante varios meses
El Celta cuenta con una importante red de ojeadores. Ellos son los primeros que ven sobre el campo a un jugador interesante. En el caso de los porteros, después son los técnicos del área los que le hacen el seguimiento y a continuación aparece la prueba final, pero no de una semana. Salvo casos muy claros, entrenan un día semana durante varios meses en A Madroa, con el permiso de su club de origen, y después se toma una determinación. «Salimos a ver porteros, si nos gusta hablamos con sus clubes, pedimos permiso, los traemos a entrenar durante varios meses y al final tomamos una decisión sobre ellos», relata Toni Otero, el coordinador de cantera y artífice personal de contratar en su día a Rubén, a la segunda intentona y en dura pugna con el Barça; y a Iván Villar, a quien reclutó como benjamín tras un torneo en Aldán.

Metodología
Manu Sotelo puso la primera piedra. La idea sigue
Manu Sotelo, Emilio López y Patxi Villanueva, conjuntamente con Toni Otero, formaron en su día un grupo y un método de trabajo, que el hoy preparador de porteros del Dépor plasmó sobre el ordenador y entre todos llevaron a la práctica sobre el campo. «Fue Manu quien comenzó con metodología activa, que es una forma de hacer trabajar al portero pensando, generando una toma constante de decisiones. Así hemos llevado a los niños desde pequeñitos», comenta Emilio López, un exguardameta que formó parte de aquel grupo fundacional y que ha tenido que mudarse a Getafe, en donde ha montado una escuela de porteros. «Lo que buscamos es un portero integrado. Manu se fue, pero nosotros hemos emprendido un camino y lo seguimos», precisa Otero. Edu Rodríguez ha tomado las riendas y el método se mantiene.

Trabajo
Seis técnicos específicos, un coordinador y un psicólogo
Aunque el Celta tiene jornadas de tecnificación para todas las demarcaciones, en el caso de los porteros cuenta con cinco entrenadores específicos, además de estar Patxi Villanueva dedicado al primer equipo (y que también tiene relación con las categorías inferiores). Todos ellos se van rotando con los diferentes porteros, desde el Celta B a benjamines. Los guardametas (que trabajan en grupos de seis y por edades) tienen todos los días una hora de trabajo específico y después se unen al resto del equipo. También cuentan con un becario de psicología deportiva. Todo bajo la coordinación de Edu Rodríguez: «Es un lujazo tener seis técnicos, la clave es coordinarlos. Hago una programación semanal con contenidos por grupos. Que todos los entrenadores pasen por todos los grupos es positivo para todos», comenta.

Perfil
Juego de pies, personalidad, agilidad y lenguaje común
En la factoría de A Madroa no hay dos porteros iguales, pero todos ellos tienen un denominador común. «Queremos que manejen bien los dos pies, que tengan personalidad, que griten, sean ágiles y tengan una buena toma de decisiones. El portero tiene que ser un jugador más del equipo», apunta Toni Otero. «Tenemos un modelo de portero del Celta por el cual trabajamos. Nosotros pensamos en un portero como iniciador del juego porque el 70 % de sus acciones son con el pie y pensamos en el portero en el aspecto de comunicación con un lenguaje común para todos los porteros. Trabajamos todos los aspectos. La portería y el resto», ratifica Edu Rodríguez.

Apuesta
Política de cantera
Al margen de fabricar porteros, el Celta también les da oportunidades. Yoel, Sergio y Rubén ya han jugado en Primera División e Iván Villar ha debutado en Segunda B con 16 años. «El Celta -dice José Covelo, ex preparador del primer equipo- está apostando porque jueguen porteros de la casa. Tienen más posibilidades que en otra época, en donde se buscaba otro tipo de perfil». Considera que para llegar a Primera se necesitan unas condiciones innatas, aunque el trabajo de base influye, y mucho. «Para hacer tantos porteros tienes que tener muy buenos entrenadores por detrás», sentencia Emilio López.

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