¡Qué no estamos tan mal!


Foto: Jorge Landín 
Disputadas las cinco primeras jornadas de liga, el Celta es el octavo clasificado de la liga con 6 puntos, tres por encima de la zona de descenso, y a tres puntos de los puestos de Liga Europa. Una posición que, sin duda, daríamos por buena el 17 de agosto, pero que firmaríamos a sangre y fuego el pasado 31 de mayo cuando nos veíamos más cerca de Segunda División que de Primera. Digo todo esto porque veo que, de forma sorprendente, una especie de desilusión está inundando al celtismo a pesar de que todos los indicadores deberían apuntar en otra dirección totalmente opuesta. 

Visto lo visto tras la disputa de las cinco primeras jornadas, hay más motivos para estar satisfechos que para estar tristes o decepcionados. El Celta se ha enfrentado a cinco equipos que no van a pelear por la permanencia. Le ha ganado al Betis, que es decimosegundo clasificado, ha pasado por encima del Granada, decimotercero en la actualidad, y ante el que tan solo la mala suerte evitó una goleada como resultado final, empató ante el cuarto (Villarreal) y quinto (Espanyol) y solo perdió un partido, ante el Athletic Club, actualmente sexto clasificado. En las cinco primeras jornadas, se ha medido a tres equipos que ocupan puestos de zona europea y solo ha perdido un partido, teniendo opciones en todos ellos. 

Todo ello teniendo en cuenta que el objetivo del Celta, no nos olvidemos, es la permanencia en la categoría. Es posible que si alguno creía que la clasificación para la Champions era posible, es lógico que cunda el desánimo, porque en solo cinco jornadas parece claro que esa posibilidad está bastante lejana, pero la realidad nos ha situado en nuestro verdadero objetivo, y parece que vamos por el buen camino. 

A partir de ahora vienen partidos en los que nos vamos a enfrentar a rivales de nuestra liga, conjuntos que tienen objetivos similares a los nuestros, al menos a priori, y que darán una medida de lo que puede dar de sí el proyecto de Luis Enrique. Las próximas jornadas serán clave para calibrar el verdadero potencial de este equipo, y también para intentar escapar lo antes posible de zonas que puedan ponernos más nerviosos de lo que yo podemos estar, pero creo que sería bueno, incluso con una derrota en Getafe, mantener el ánimo y pensar que esta temporada, como lo fue la pasada, será muy larga, y que hasta la última jornada no hay que perder la esperanza.  Conocemos la fórmula, el año pasado funcionó, y nada debería hacernos pensar que este año no sea así.

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