![]() |
Foto: Xoan Carlos Gil |
El parón liguero motivado por los compromisos de las selecciones nacionales, unido al hecho de que el encuentro del Celta fue aplazado a la jornada del lunes, ha provocado que los aficionados celestes hayamos estado durante los dos últimos fines de semana sin un partido del Celta que llevarnos a la boca, sumidos en una interminable espera hasta el siguiente partido. Todo ello, además, teniendo en cuenta que el último partido, el de la tercera jornada, se disputó en sábado, allá por el 31 de agosto, hace más de dieciséis días. Una auténtica eternidad para aquellos que necesitamos de vez en cuando una pildorita de celtismo en forma de partido oficial, de los de verdad.
Porque los amistosos están bien, más cuando son por una buena causa, y algún entrenamiento, si Luis Enrique nos deja, tampoco está de más, pero lo que de verdad vale es un partido de fútbol. sentir la emoción de los jugadores saltando al terreno de juego. Las fotos de formación, los saludos entre capitanes, la moneda al aire, la decisión, en apariencia insignificante, sobre hacia qué lado atacamos primero... el balón en el punto central, los jugadores estirando las piernas, expulsando los últimos nervios, la tensión contenida, intentando retener las últimas palabras del míster, los últimos conceptos, o intentando evadirse de ellos.
Porque realmente, ¿Cuánto dura ese último minuto antes de que comience el partido? ¿Alguien lo midió alguna vez? El protocolo ralentiza el paso del tiempo, se hace eterno, pero de repente, el árbitro hace sonar su silbato y el tiempo, como un ciclista de 42 años de la escuela de Armstrong, vuela. Es ahí cuando ya nada se puede controlar. Los acontecimientos que estaban previstos no siempre surgen y para los imprevistos no siempre hay previsión. Unos ríen y otros lloran. Es la eterna disyuntiva del fútbol. Por este deporte, y tantos otros, mueven pasiones y generan eternos debates. Podemos estar hablando durante semanas de lo que sucede durante 90 minutos, pero lo que realmente importa es lo que pasa durante hora y media encima de la hierba. Y eso, queridos amigos, por fin, pasará esta noche. Y ya teníamos ganas oiga.
0 comments:
Publicar un comentario