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La alineación del Athletic antes del partido ante el Vigo Sporting. |
«El domingo último celebrose en el campo de San Mamés de Bilbao la primera semifinal del campeonato de España entre los equipos Athletic y Vigo Sporting». Así encabezaba el diario La Correspondencia Gallega la crónica en la que el 31 de marzo de 1914 recogía el primer partido oficial disputado en La Catedral el fin de semana anterior.
El destino, o en su defecto el calendario, ha determinado que la historia se repita casi un siglo después, porque al Celta, heredero de aquel Vigo Sporting -cuya fusión con el Fortuna en el año 1923 dio lugar a la entidad actual-, le tocará el próximo lunes el privilegio de acompañar al Ahtletic en la puesta de largo del nuevo San Mamés. Entre las dos efemérides distan 99 años, multitud de victorias y derrotas, gestas para la historia y algún que otro disgusto. Se mantiene, sin embargo, la magia del fútbol.
Aunque la primera vez que el entonces «foot-ball» se exhibió en el viejo San Mamés fue en agosto de 1913, no fue hasta meses después, cuando el Vigo Sporting se desplazó a Bilbao, cuando el estadio acogió su primer partido oficial. Entre la inauguración del campo, en agosto de 1913 y el enfrentamiento entre vigueses y leones discurrieron poco más de medio año, 11 partidos amistosos ante rivales como el Barcelona o el San Sebastián, y otros cinco del campeonato regional. Pero fueron los precursores del Celta los que abrieron fuego a los partidos oficiales con aquel marcador de 11-0.
Sobre el césped «sembrado de fina y tupida hierba» de aquel campo «modelo», el conjunto vigués había hincado la rodilla ante un total de 16.000 espectadores, según se recoge en la prensa de la época. Pese a que los vigueses «comenzaron desarrollando un hermoso juego de combinación», este fue enseguida contrarrestado por los locales. El portero vigués Méndez, el extremo Ruiz y sus compañeros poco pudieron hacer ante un Athletic que al descanso ya había conseguido una ventaja insalvable de seis goles que no haría sino ampliarse tras la reanudación.
El primer partido oficial de La Catedral se celebraba a bombo y platillo, y se saldaba con una contundente victoria local en la que Pichichi, que anotó cuatro de los once goles, se había destacado. Y aunque en la vuelta, disputada en el campo de Coia, en Vigo, el 3-3 elevó la moral de los jugadores del Sporting, la eliminatoria ya estaba sentenciada. De hecho, fue el conjunto vasco el que esa temporada se alzó con el título copero.
Aquel choque dominical se fijó para las cuatro de la tarde. Nada que ver con la inauguración del nuevo San Mamés: un lunes a las 22.00 horas.
Cambio de tiempos
Con el paso de las décadas las páginas de San Mamés se fueron llenando de historia hasta convertir al estadio en un templo del fútbol. «Jugar allí no es un objetivo, pero es de esos partidos que en el año son interesantes, que lo tienes dentro de tu cabeza, y el mejor recuerdo es cuando haces las cosas bien», describía ayer Borja Oubiña.
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