La manija del Celta busca un nuevo dueño


Foto: Ricardo Grobas
Si un futbolista se ha ganado la condición de intocable en la plantilla del Celta, éste es Borja Oubiña. Desde que Moncho Carnero y Rafa Sáez le dieron la alternativa en el curso 2002-03 y Fernando Vázquez le entregó al año siguiente la manija del medio campo, el capitán celeste ha sido indiscutible para todos sus entrenadores siempre que ha estado en condiciones de jugar.

Así lo han considerado Eusebio Sacristán, Paco Herrera, Abel Resino y ahora Luis Enrique, que enfrenta al espinoso dilema de buscar un sustituto para Oubiña en el partido del próximo contra el Granada después de que el pivote vigués sufriese el domingo en el Benito Villamarín la primera expulsión de su carrera profesional.

En el pasado, al Celta no le ha resultado fácil la vida sin el concurso de su futbolista más regular. El pasado curso, sin ir más lejos, el capitán celeste fue el jugador del plantel con más minutos sobre el césped (3.441) repartidos en 36 partidos de Liga y4 de Copa de Rey. Faltó apenas en dos compromisos ligueros, frente al Rayo Vallecano y el Getafe, ambos saldados con derrota. Cabral lo suplió en Vallecas y no acabó el partido, que se llevó el conjunto madrileño tras remontar una desventaja de dos goles; contra el Getafe, Paco Herrera tiró de Natxo Insa pero el Celta tampoco carburó, recibió tres otros goles y el técnico fue despedido.

La situación no ha cambiado demasiado desde entonces. Suplir la baja de Oubiña supone un problema cualitativo -resulta complicado encontrar en Primera División un medio centro defensivo que cubra tanto campo-, que se agrava por el hecho de no contar en nómina con otro futbolista de su mismo perfil. Luis Enrique maneja, según él mismo indicó antes de viajar a Sevilla, varias opciones y se enfrenta esta semana al dilema de elegir una de ellas. Los jugadores que tiene en mente el preparador asturiano como recambios de capitán son Fontás, que adelantaría su posición al medio campo, Álex López, que ya ocupó la posición de pivote en pretemporada contra el Marítimo, Levy Madinda, que lo suplió en algún cambio el pasado curso con Abel Resino y el combarrense Javi Rey, a quien Luis Enrique ya convocó para el banquillo en el Benito Villamarín.

Borja Oubiña, mientras tanto, no cree que su ausencia el sábado sea una pérdida irreparable para el equipo. "Claro que hay alternativas. Yo soy una de ellas por eso juego a veces", afirmó ayer el capitán céltico a la llegada del equipo a Peinador. "Cada jugador será diferente pero es evidente que hay futbolista para jugar en muchas posiciones. Tenemos gente muy versátil y los once que salgan el domingo harán las cosas bien", apostilló el medio centro, que se refirió así a la primera expulsión de su carrera: "Alguna vez tenía que ser, pero ojalá que no hubiese sido, más que nada porque pasamos cinco minutos malos después y me hubiese gustado que no pasara porque lo único que realmente me importaba era que el partido no se estropeara".

Julio Bernardo / Faro de Vigo

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