Luis Enrique dispara la ilusión


Foto: José Lores
El verano futbolístico es una fábrica de ilusiones. Por lo general, la afición encuentra sobradas razones para vislumbrar una temporada entrante mejor que la anterior. Poco importa si su análisis se ajusta o no a la realidad. Los sueños mandan mientras los resultados no les lleven la contraria. Y el Celta no es excepción. La llegada de Luis Enrique ha levantado una gran expectación entre la hinchada celeste, ya de por sí entusiasmada tras la milagrosa permanencia obtenida en la última jornada del curso pasado, y unos doscientos aficionados acudieron ayer a las instalaciones de A Madroa para presenciar en directo el primer entrenamiento de la pretemporada.

Bajo un calor sofocante, el técnico asturiano vivió ayer su primer día como técnico del Celta a pie de campo. Luis Enrique, excelso futbolista con 400 partidos en Primera a sus espaldas repartidos entre Sporting, Real Madrid y Barcelona, inició su primera aventura en los banquillos de la máxima categoría del fútbol español –antes dirigió al Barça B en Segunda B y Segunda y a la Roma en la Serie A italiana– con una doble sesión. La primera, a las 11:00 horas, con 18 jugadores. La segunda, a partir de las siete de la tarde, con 19, tras la llegada de Gustavo Cabral. El argentino fue, precisamente, uno de los grandes protagonistas de esta primera jornada. La suya fue una ausencia de tantas en la sesión matinal, pero la única imprevista. Un problema con el enlace aéreo que le trajo de vuelta a Vigo desde Argentina le impidió llegar a tiempo al primer entrenamiento de la nueva temporada.

El preparador asturiano, fácil de localizar entre la maraña de camisetas Adidas azul marino –de estreno, como la temporada– merced a su gorra blanca y sus llamativas gafas de sol naranjas, se mostró muy activo en todo momento, igual que el resto de los miembros de su cuerpo técnico, completado por Juan Carlos Unzué como segundo entrenador, Roberto Moreno como técnico auxiliar, Rafael Pol como preparador físico y el psicólogo Joaquín Valdés, que además hizo las veces de cámara al grabar parte del entrenamiento desde el monte aledaño al campo de trabajo.

Luis Enrique dialogó mucho con sus jugadores, bromeó con ellos y prestó especial atención a los más jóvenes, con el internacional en categorías inferiores Yelko Pino, de apenas 16 años, a la cabeza. El talentoso mediapunta es uno de los cinco juveniles que empezó la pretemporada con el primer equipo, además de Fernán, Jordan, Borja Fernández y Adrián Iglesias. Junto a ellos, iniciaron el nuevo curso trece jugadores del primer equipo: los porteros Sergio y Yoel; los defensas Hugo Mallo, Bellvís, Samuel, Jonathan Vila y Fontás; los centrocampistas Borja Oubiña y Álex López; y los atacantes Toni, Orellana, David Rodríguez y Nolito. El atacante gaditano y el mencionado Fontás fueron ayer las dos únicas caras nuevas del equipo, ausente Charles –con una semana más de permiso–, aunque precisamente son los dos únicos que habían trabajado previamente con Luis Enrique, que los dirigió en el filial del Barcelona.

El balón protagonizó los primeros compases de la sesión inaugural del curso 2013/2014, que duró aproximadamente hora y media y acabó con una considerable carga física, aspecto éste que irá 'in crescendo' a lo largo de los próximos días. 'Nos han dicho que iremos de menos a más', explicó Hugo Mallo en este sentido. Hoy, por lo pronto, la plantilla celeste realizará otra doble sesión, con una primera a partir de las 10:00 horas.

El Celta seguirá trabajando en A Madroa hasta la semana que viene, a lo largo de la cual se irán incorporando algunos de los futbolistas ausentes, caso de los internacionales Krohn-Dehli, Túnez, Augusto y Madinda y el recién fichado Charles. El jueves 18 iniciarán la concentración en Mondariz.

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