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Fotógrafo: Óscar Vázquez |
David Rodríguez no se rinde. El talaverano se ha convertido, como ha afirmado en más de una ocasión, en un celtista más. Y como tal, quiere hacer lo que esté en sus manos para ayudar a su equipo. Le da igual ese cartel que le cuelgan muchos de ser un gran jugador de Segunda, pero poco válido para Primera División. Desde que llegó, ha suscitado un sinfín de debates en la grada. Hubo gente que le acusó de errar demasiadas ocasiones, mientras que el otro bando defendía las oportunidades que lograba generar. Delantero de rachas, en las épocas de vacas gordas jugaba sobrado. Pero cuando las cosas se torcían, parecía obsesionarse en exceso con el gol, lo que no le beneficiaba. A ello hay que sumarle el hecho de que no era un buen suplente. No dudó en quejarse públicamente cuando los minutos que jugaba eran menores de los que se consideraba merecedor.
Cuentan los asiduos en A Madroa que estos días está enrachado. Que las mete todas, y que todo el mundo está sorprendido con su gran rendimiento. No sé que tiene pensado hacer Luis Enrique, pero creo que debería valorar muy seriamente su pasado en el club. En el fútbol actual, en ocasiones nos olvidamos de que los futbolistas son, ante todo, personas. Hay que valorar algo más que sus cualidades como jugador. Estoy seguro de que a David le encantaría continuar en el Celta y triunfar en Vigo. Pero, ¿será capaz de sobreponerse a su pasado? Hablamos de un delantero que dentro del celtismo tiene muchos detractores que le acusan de fallón. No empieza de cero, como si lo hacen el resto de los refuerzos. Conocemos muy bien a David Rodríguez, y hay mucha gente que lo tiene cruzado. Y eso influye mucho. El talaverano no se puede permitir el lujo de empezar algo flojo.
Si Charles, por poner un ejemplo, durante las primeras jornadas no lo hace bien, se le puede perdonar. Si es David quien arranca mal, no se le perdonará. No tiene margen de maniobra. Y eso también hay que valorarlo. Es complicado triunfar sin el apoyo y el cariño de tus seguidores. Hay que estar hecho de una pasta especial. Pasta de la que no parece estar hecho David. No sé si el talaverano tiene nivel para triunfar en la liga BBVA. Pero estoy convencido de que si lo hace no será en el Celta. Bajo mi punto de vista, la relación que tiene con el celtismo está demasiado viciada. Y esa me parece una losa demasiado grande para triunfar en Vigo. Mucho mayor que cualquier defecto que pueda tener como futbolista. Porque, como dijo Marcelo Bielsa hace unos años, uno necesita ser querido para ganar, no ganar para ser querido.
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