El Celta cierra una campaña inolvidable


LOF
A escasamente un mes de cumplir noventa años de vida, el Celta cerró el sábado en Getxo (Vizcaya) una de las temporadas más redondas de las que se tiene recuerdo en mucho tiempo. El ascenso del filial a Segunda División B, con el evidente beneficio que implica para un club volcado hacia la cantera, ha puesto el broche de oro a un campaña preñada de satisfacciones: la feliz consecución de la permanencia en una jornada infarto, el subcampeonato de España brillantemente obtenido por el conjunto juvenil de División de Honor, la consecución del título en la Liga Indoor de veteranos con Moncho Carnero al frente y, por último, tras superar con brillantez tres eliminatorias, el retorno del segundo equipo a la categoría de bronce del fútbol español.

El ascenso del Celta B permitirá al cuadro celeste dar un nuevo fuerte impulso a su proyecto de cantera. El club ya ha decidido que buena parte de los prometedores chicos del juvenil integren el próximo curso en el filial y el hecho de que el segundo equipo milite en una categoría semiprofesional no solo estimulará su progresión futbolística, sino que permitirá a Luis Enrique, el nuevo técnico, alternar entre el primer y el segundo equipo a jóvenes valores como Rubén Blanco o Santi Mina, que ya se han estrenado en Primera División pero están aún verdes para la máxima categoría y necesitan jugar cada domingo en una competición exigente. Blanco y Mina (quizá también el defensa central David Costas) se entrenarán a las órdenes de Luis Enrique y competirán los fines de semana con el filial.

El entrenador céltico, de hecho, está encantado con el ascenso del Celta B y no perdió ayer la ocasión de felicitar a los héroes de Gexto. "Mi más sincera felicitación a todos los integrantes del Celta B por este preciado ascenso. Os mando un fuerte abrazo", declaró el técnico asturiano a Celta TV. A la rueda de felicitaciones se sumaron los futbolistas del primer equipo Carlos Bellvís, Álex López, Mario Bermejo, Sergio Álvarez y Jonathan Vila, que destacaron el esfuerzo realizado por el grupo para conseguir este importante objetivo.

Si la temporada del Celta B ha sido brillante, la del conjunto de División de Honor juvenil ha sido deslumbrante. Bajo la batuta de David de Dios, un técnico emergente, el cuadro celeste consiguió el mayor éxito desde la consecución del subcampeonato de España en los años sesenta. Aquella generación que dirigía Pepe Villar dio al Celta una hornada de grandes futbolistas, de los que los mayores exponentes son seguramente Manolo y Quique Costas, que posteriormente brillarían en Primera División en un Celta, como el actual, con genes predominantemente gallegos.

El conjunto juvenil alcanzó la fase final de la Copa de Campeones, que se organizó por primera vez en Vigo, después de proclamarse campeón de su grupo pulverizando todos los registros de puntos y anotación. En la fase final noqueó al Madrid en un partido memorable y goleó luego al Villarreal en otra tarde para enmarcar. Finalmente, contra pronóstico de muchos, sucumbió en la final al mayor oficio del Sevilla. El torneo, televisado por un canal de ámbito, nacional dio a conocer a un puñado de jugadores que en muy pocos años estarán seguramente defiendo los colores del Celta en Primera División. El portero Rubén Blanco y el delantero Santi Mina son seguramente los más conocidos, pero no menos futuro que ellos tienen chicos como el defensa central David Costas, el media punta Yelko Pino, el lateral zurdo Samuel o los centrocampistas Borja Fernández y Jordán Sánchez.

La penúltima satisfacción de este ejercicio para enmarcar la proporcionó el equipo veterano que participa en la Liga Fertiberia de fútbol Indoor, de la que el conjunto que dirige el entrañable Moncho Carnero se proclamó campeón el pasado sábado en Puertollano (Ciudad Real) después de derrotar en la final (con prórroga incluida) al Valladolid y dejar en el camino al Oporto y al Real Madrid.

Julio Bernardo / Faro de Vigo

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