El castigo de Cabral


Foto: Peña celtista Jorge Otero
Luis Enrique quiere aplicar en el Celta la receta de trabajo duro y disciplina férrea, para que el equipo mejore sus prestaciones en la competición liguera y no sufra los agobios clasificatorios que el curso pasado a punto estuvieron de mandarlo a Segunda División.

Los jugadores reconocen que el entrenador asturiano se muestra próximo y dialogante con ellos, pero será duro e inflexible cuando se incumplan las normas del vestuario. Que se lo pregunten si no a Gustavo Cabral, que lleva una semana dando vueltas corriendo por el campo de entrenamiento de A Madroa por un retraso horario, mientras sus compañeros disfrutan del trabajo con el balón en los pies.

Ese castigo es el precio que está pagando el argentino por incorporarse a los entrenamientos unas horas más tarde de lo establecido por el club tras finalizar sus vacaciones de verano. El técnico le ha apartado del grupo por unos días , con lo que espera que el veterano futbolista se convierta en un ejemplo para los demás compañeros que faltan por regresar a Vigo y, sobre todo, para los juveniles que entrenan al lado de los profesionales.

"Es una imposición del entrenador por llegar tarde el lunes", explica el defensa argentino, que faltó a la sesión de estreno de Luis Enrique por problemas con los enlaces aéreos en su viaje desde Argentina hasta Vigo. Cabral tenía que presentarse en las instalaciones deportivas de Candeán a primera hora de la mañana del pasado lunes, pero llegó a media tarde, cuando el resto del equipo ya había iniciado el segundo entrenamiento de la pretemporada.

El defensa ha conocido de primera mano las medidas disciplinarias que Luis Enrique va a aplicar en el Celta. Es más, no ha podido estrenar todavía las botas blancas que cada día lleva en sus manos hasta el campo de entrenamiento, mientras calza unas zapatillas deportivas. Estas son las que utiliza para correr durante una hora por la mañana y otra por la tarde, aproximadamente. El resto del tiempo que dura el entrenamiento del equipo, lo pasa el argentino en el gimnasio. Así, desde el lunes hasta ayer, sábado. Hoy, el equipo celebra la primera jornada de descanso y mañana, lunes, Cabral confía en que Luis Enrique le levante el castigo y le permita entrenar con el resto de los compañeros, que van conociendo los nuevos métodos de trabajo.

En A Madroa se llegó a sospecharse de si Cabral sufría alguna dolencia muscular que le impidiese trabajar con el resto de los compañeros. "No tengo ningún problema físico. Esta semana me toca estar al margen del grupo, entrenando con Pedro (Docampo, el recuperador)".

A pesar de la semana de castigo que lleva en sus piernas, el central del Celta intenta restarle importancia a la medida disciplinaria. Incluso trata de tomárselo con humor. "Voy a terminar por agradecérselo al míster, pues acabaré por ponerme bien físicamente, ya que estoy entrenando fuerte y me encuentro muy bien", explica el defensa céltico de 27 años, antes de incidir en el origen de la medida disciplinaria: "Es como una sanción por no haber llegado el lunes a entrenar por la mañana. Más que nada, es un ejemplo para que no vuelva a suceder y para que los jóvenes lo tomen como ejemplo. Si el técnico lo dispone, el lunes ya estaré trabajando con el resto del grupo", anuncia Cabral.

El exzaguero de Racing de Avellaneda, River Plate y Levante desconoce si además de la medida disciplinaria del técnico habrá alguna sanción económica por parte del club. "No sé si habrá multa del club. Todavía no me han llamado. Se verá después".

Luis Enrique, en cambio, impone mano dura desde el mismo día que se estrenó en A Madroa como entrenador del Celta, además de programar jornadas de intenso trabajo, aunque los futbolistas afirman sentirse cómodos porque en todo momento disfrutan del balón.

Jaime Conde / Faro de Vigo

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