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| MARTA G. BREA |
El Celta cumple noventa años el próximo mes de agosto, por lo que la directiva que preside Carlos Mouriño espera desarrollar un proyecto deportivo más ambicioso que el de la temporada recién concluida, en la que se rozó el desastre de volver a Segunda División hasta el último minuto de juego del partido ante el Espanyol.
En la máxima categoría, el Celta afronta sin dificultades el plan de viabilidad que se le impuso tras el proceso concursal para sanear sus finanzas, que en la última asamblea general de accionistas arrojaban unas deudas de 14 millones de euros. Con los 9 millones ingresados por la venta de Iago Aspas y los beneficios previstos, la entidad estaría en condiciones de rozar el déficit cero. Pero el presidente y máximo accionista del club prefiere dedicar lo ingresado por Aspas a reforzar la plantilla para que no pase tantos apuros en la máxima categoría. Para festejar la efemérides de la fundación del Celta, en agosto se estudia la posibilidad de celebrar un partido amistoso internacional en el estadio de Balaídos.
Tras convertirse en mayo de 2006 en el trigésimo primer presidente del Celta, Carlos Mouriño quiere seguir apostando por la cantera. El proyecto que más el ilusiona en estos momentos es la ciudad deportiva que pretende construir en la parroquia de Valladares.
Faro de Vigo
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