 |
| Aspas, junto a Vila y Martino en su viaje a Newcastle |
Mañana se cumplirán cinco años del debut de Iago Aspas con el primer equipo del Celta, en la última jornada de la liga 07/08 de la mano de Alejandro Menéndez. Pero ayer se cumplieron cuatro de su auténtica irrupción, cuando el conjunto vigués estaba al borde del descenso a Segunda B, y tal vez de la desaparición, en un choque agónico contra el Alavés en Vigo. El moañés salió al campo en el minuto 59 y acabó con todos los males con dos goles en los diez últimos minutos.
Esa aparición en escena –aunque antes había asomado la cabeza con un par de convocatorias– da muestra del histriónico fútbol del pequeño de los Aspas, dotado de esa calidad rayana en la genialidad que enamora, a la vez que salpicado de un carácter beligerante que, en contadas ocasiones, desazona.
La 2009/2010, ya con 22 años, fue la primera del morracense en la primera plantilla. En los dos primeros años, disfrutó de minutos pero sin llegar a su máximo. Sin un papel definido en el equipo, su calidad no se concretaba. En dos años, únicamente anotó nueve goles.
Fue la pasada temporada cuando, de la mano de Paco Herrera, encontró su sitio. Iago Aspas pasó a ser un mediapunta a un delantero y explotó un papel que hasta entonces tenía aletargado: el de goleador. 23 tantos que llevaron al Celta a Primera.
Ya este curso, su arranque maravilló. Marcó diferencias y el equipo vivió de él hasta que, en la segunda vuelta, bajó su punto de forma y sufrió la sanción del derbi. El pasado sábado, 1 de junio 2013, jugó su último partido con el Celta.
0 comments:
Publicar un comentario