Luis Enrique se inició en la cantera del Sporting, a cuyo filial llegó a pesar de firmar por el Oviedo - García Cuervo destaca su carácter y su fortaleza física, pese a su delgadez. "Era delgado, pero muy fuerte", rememora Carlos García Cuervo sobre Luis Enrique Martínez García, Luis Enrique a secas desde que en edad juvenil comenzó a despuntar como delantero centro en Gijón, donde nació el 8 de mayo de 1970. García Cuervo dirigía el Sporting B en 1988, año en el que el ahora entrenador del Celta se incorporó al filial sportinguista procedente del equipo de La Braña. El otro fichaje fue Abelardo, que jugaba en el Estudiantes. Con el Pitu coincidiría años más tarde Luis Enrique en el Barcelona, por el que firmó en mayo de 1996 tras abandonar el Real Madrid.
Los comienzos deportivos de Luis Enrique fueron en el fútbol sala, en el colegio Elisburu, de Gijón. Tanto caló el deporte del balón en el pequeño Lucho que sus padres, Nely y Luis, decidieron inscribirlo en el equipo benjamín del Xeitosa. A los once años ingresa en la escuela de fútbol de Mareo. El Sporting, sin embargo, no le presta mucha atención y a los catorce años decide cambiar de aires. Se va al Club Deportivo La Braña. Allí conoce a Ismael Fernández, uno de los tres entrenadores que más influyeron en su carrera deportiva, según reconocería tiempo más tarde Luis Enrique. Los otros fueron Ciriaco Cano y Javier Clemente.
La extrema delgadez no le impedía a Lucho destacar como delantero centro. Así, Tino Argumosa lo incluye en la selección asturiana juvenil. Llama la atención del Oviedo y su presidente, Eugenio Prieto, le entrega un talón como anticipo de su fichaje por el conjunto carballón.
A Luis Enrique le asaltan las dudas. Para un sportinguista de cuna resultaba muy complicado aceptar una oferta del eterno rival. Que se lo pregunten sino a Michu. "Yo conocía a su madre, que era costurera. Me habló de que su hijo se había comprometido con el Oviedo pero quería jugar en el Sporting", recuerda García Cuervo, que medió ante Eugenio Prieto, presidente oviedista, para anular el contrato con Luis Enrique.
Con 18 años, Lucho regresaba a Mareo para jugar en el filial, en Tercera. "La familia vivía en el centro de Gijón, en la Avenida de Portugal. Fuimos hasta su casa para que firmase el contrato con el Sporting", señala Enrique Pendás. "Luis Enrique nos hizo esperar hasta la una de la madrugada, hora prevista de la llegada de su padre, que era transportista", recuerda el exdirectivo del equipo gijonés.
En el Sporting Atlético jugaban Felipe, Manjarín, Juanele y Abelardo, que también brillarían en la elite. Ascendieron a Segunda B y todos pasaron al primer equipo, de la mano de García Cuervo.
El debut de Luis Enrique con el Real Sporting de Gijón en Primera se produjo el 24 de septiembre de 1989, en un partido en El Molinón ante al Málaga. "Era un jugador con mucho temperamento y amor propio. En ese momento ya dejaba entrever que sería un gran jugador", apunta García Cuervo, para quien el actual entrenador del Celta "era un gran delantero y acabó siendo un buen lateral". Gracias a un gran trabajo de gimnasio, Luis Enrique fortaleció su musculatura de hierro para hacer frente con más firmeza a las defensas rivales.
De su fuerza física y versatilidad se aprovecharían todos los equipos en los que jugó, incluida la selección española y el combinado olímpico, con el que ganó el oro en Barcelona. "No se achicaba nunca, era como un hombre de hierro", apunta Enrique Pendás. Es más, en una ocasión, un defensa rudo y veterano como Sañudo, del Oviedo, reconoció que los delanteros rivales le mostraban mucho respeto, todos excepto Luis Enrique.
Por culpa de las batallas que libraba en los derbis asturianos con la zaga oviedista, formada por Sañudo y Gorriarán, la afición carballona consideraba a Luis Enrique el enemigo público número uno. Pero esos duelos de rivalidad duraron poco porque Luis Enrique firmó por el Real Madrid en 1991. Un año después, el éxito olímpico lo festejó con un corte de pelo con la palabra "oro" dibujada sobre su cabeza.
La ropa era ya en ese momento una de sus debilidades. En Madrid, Lucho hizo buenos amigos, como Michel y Martín Vázquez, que se encontraban entre los doscientos invitados a su boda con la catalana Elena Cullel, a la que conoció poco después de firmar por el Barcelona en mayo de 1996. Tras ocho temporadas en el conjunto culé, Luis Enrique cuelga las botas en 2004. Uno de sus dos hermanos, Felipe, no pasó del fútbol aficionado.
Cuatro años después se estrena como técnico del Barça B, al reemplazar a Guardiola. En 2011 firma por el AS Roma. Su aventura italiana solo dura un año. Ahora empieza otra en Vigo.
Luis Enrique guarda gran respeto y agradecimiento a Ismael Fernández, el entrenador de La Braña que le dio la oportunidad que le negaron en la cantera del Sporting de Gijón cuando era adolescente. Este veterano entrenador del fútbol base asturiano vaticinó hace años que Lucho tendría gran éxito en los banquillos: "Será mejor entrenador que futbolista", dijo de quien brilló en el Real Madrid (213 partidos y 18 goles), Barcelona (300 partidos y 108 goles) y la selección española (62 partidos y 12 goles), con la que participó en tres mundiales. El fuerte carácter como jugador también lo expresa como técnico, siendo además muy exigente.
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