El futuro de Rubén en manos del filial


RICARDO GROBAS
Decidir y, sobre todo, acertar con el futuro deportivo a corto plazo de Rubén Blanco es una de las maniobras más importantes que este verano tienen por delante los rectores del Real Club Celta. Parece evidente que el guardameta de Mos es un cheque en blanco al que hay que seguir cuidando al máximo para que dentro de muy poco tiempo pueda responder a las muchas expectativas que está generando.

Pese a haber cumplido de forma más que sobrada en el estadio de Zorrilla en el encuentro frente al Valladolid -cuando tuvo que sustituir al lesionado Javi Varas- y, después, frente al Espanyol en Balaídos, los responsables del club vigués consideran, no obstante, algo prematuro que, a pesar de sus insultantes 17 años, Rubén Blanco pueda ser el guardameta titular del equipo olívico en la campaña 2013-14.

Tampoco hay que olvidar que los dos partidos en los que ha estado bajo palos, Espanyol y Valladolid, se han saldado con un balance de dos victorias y cero goles en contra, resultados que ayudaron a que el Celta lograra la permanencia en Primera una temporada más.

Resulta prioritario, por tanto, para la Dirección Deportiva del club celeste que el canterano siga creciendo a base de acumular minutos sobre el terreno de juego, tiempo que le permita ganar en experiencia bajo palos. La situación ideal pasa por que el filial celeste ascienda a Segunda división B de modo que, como sucedió en los últimos meses, Rubén Blanco pudiera jugar con el Celta B durante los fines de semana, al tiempo que entrena a diario con la primera plantilla como el tercer guardameta del equipo.

Pese al retorno al Celta de Yoel Rodríguez, que ha estado cedido al Lugo esta temporada, el club parece decidido a buscar un sustituto a Javi Varas siempre y cuando el portero andaluz termine regresando al Sevilla tras su año de cesión en Vigo. Además, Sergio Álvarez es el otro guardameta y también tiene contrato en vigor.

La única opción para que todos ellos siguieran en la nómina celeste es que el filial no ascendiera a Segunda B y la entidad tuviera que buscar un destino a Rubén Blanco en algún conjunto de Segunda o de Segunda B que, a priori, le garantizase de inicio la titularidad.

La irrupción en el primer equipo de Rubén Blanco tampoco pasó inadvertida para los aficionados que le arroparon ante el Espanyol y que le aclamaron a la conclusión de ese partido en el que realizó paradas de un mérito enorme, actuaciones que contribuyeron a la victoria con la que los celestes aseguraron la permanencia. A diferencia de otros canteranos, éste entró con el pie derecho en el equipo.

Antonio Estévez / Marca

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