Los hijos de los "Millonarios"


RICARDO GROBAS
Hace un lustro, Augusto Fernández, Gustavo Cabral y Radamel Falcao defendían la casaca del River Plate a las órdenes de Diego Simeone. Dicho cuarteto se reencontrará este miércoles sobre el césped de Balaídos. Los dos primeros pelean la permanencia con el Celta; los dos últimos disfrutan en un Atlético recién clasificado para disputar la Liga de Campeones y que la semana que viene jugará la final de la Copa del Rey contra el Real Madrid.

Simeone fue uno de los grandes referentes del fútbol argentino en los años noventa. Más de cien veces internacional con la albiceleste, volvió a Argentina en 2005 después de nueve temporadas en Italia (Pisa, Inter y Lazio) y siete en España (Sevilla y Atlético) para colgar las botas en el Racing de Avellaneda. Allí coincidió con un principiante Gustavo Cabral. 'Imponía mucho respeto tener un compañero como él. En el día a día era un referente, ya era un míster dentro del vestuario. Yo era uno de los más chicos, tenía 19 años entonces, y hablaba mucho con los más jóvenes, nos apoyaba y era un profesional al cien por cien', recuerda el ahora central del Celta.

En 2006, Simeone puso punto final a su carrera como futbolista y dio, también en Racing, sus primeros pasos como entrenador. No tardaría en dejar el club de Avellaneda para firmar con Estudiantes y más tarde con River Plate, donde le seguiría Cabral. 'De Racing se fue a Estudiantes y ahí me pide, pero no tuve la posibilidad de ir. Después se fue a River y entonces sí se pudo hacer la transacción. Le estoy muy agradecido porque fue un honor ir a jugar a River y más que me llevase él', relata Gustavo.

El 'Cholo' fue un centrocampista aguerrido que jamás negociaba una carrera. Como técnico, su nivel de exigencia no es menor. 'Es muy exigente en el día a día. Como jugador demostró ser muy temperamental y como míster, también. El trabajo con él es muy bueno, intenso, y prepara muy bien cada partido. Es un entrenador que trabaja mucho con vídeos, te enseña lo que haces bien y en lo que tienes que mejorar y eso es muy positivo para el jugador', explica el zaguero.

Simeone y Cabral llegaron a River en 2008 y allí estaban ya tanto Augusto como Falcao, formados antes en las categorías inferiores de los 'Millonarios'. El interior celeste guarda un grato recuerdo de su etapa con el 'Cholo', que ganó el torneo Clausura de 2008 y dejó el equipo tras los malos resultados cosechados en el Apertura posterior. 'Simeone y su cuerpo técnico, con el ‘profe’ (Óscar Ortega, el preparador físico), son gente muy trabajadora sobre todas las cosas, quieren siempre superarse, y no me extraña que les esté yendo bien. Me alegra, aunque espero que el miércoles no sea el caso, que no les vaya tan bien', bromea Augusto. Tampoco Cabral se sorprende por la magnífica marcha de Simeone en el Atlético y también recuerda a Óscar Ortega, que combina su labor de preparador físico con un no menos importante trabajo psicológico con los jugadores. 'Tiene un cuerpo técnico con gente muy trabajadora. El ‘profe’ es bárbaro, un gran preparador físico y le tengo un gran aprecio. No me sorprende lo que está haciendo con el Atlético. Cuando se fue de Racing y agarró a Estudiantes, el primer semestre salió campeón. Lo mismo hizo en River, campeón el primer semestre', valora el de Isidro Casanova.

Simeone lidera desde el banquillo a un Atlético histórico que el curso pasado conquistó la Liga Europa –dos años después de la lograda por Quique Sánchez Flores– y esta temporada se ha atrevido a cuestionar el binomio Real Madrid-Barcelona. Pero en el campo, el referente es Radamel Falcao, uno de los mejores futbolistas del mundo y que previsiblemente dará salto a un 'grande' de Europa el próximo verano. 'Falcao es el mejor delantero del mundo y todo lo que le ha pasado es mérito suyo –explica Cabral–. En River ya se le veía muy trabajador y sabíamos que si seguía así, su esfuerzo iba a dar sus frutos. Luego en Oporto hizo muchísimos goles y en el Atlético se criticó al principio que habían pagado mucho por él, pero ha demostrado que es un gran jugador por sus goles y por su actitud', indica el central celeste. 'Es muy tranquilo y un gran compañero, muy buena gente. Es muy pacífico, trata de evitar siempre cualquier conflicto y la verdad es que deja huella en sus compañeros', añade.

Mejor todavía lo conoce Augusto, amigo del colombiano desde que coincidieron en la academia de River. 'Tenemos una relación bárbara, es una gran persona. En cuanto al juego, es un delantero muy inteligente, que busca constantemente los espacios vacíos y los aprovecha muy bien. Si le das metros, te mata, ya sea con la cabeza o con el pie. Es difícil que falle', resume Augusto, que el miércoles olvidará su pasado durante 90 minutos. 'Dentro del campo no hay amigos', sentencia.

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