Las lágrimas de Rubén Blanco


LOF
Al final del partido disputado ayer por el Celta, dos futbolistas lloraban sobre el césped del Nuevo Zorrilla. Javi Varas por la desgraciada lesión en el codo, y Rubén Blanco, que había tenido la oportunidad de debutar en Primera gracias al infortunio del sevillano. La emoción del momento y los instantes vividos sobre el terreno de juego desataron el llanto del jovencísimo canterano, que apenas tiene 17 años y 209 días. Eran lágrimas sinceras, de quién soñó con este momento cuando coleccionaba cromos de sus ídolos. 

Y de ese momento no hace mucho. A Rubén se le empezó a señalar como el futuro de la portería del Celta hace poco más de un año. Su irrupción en el primer equipo tuvo lugar el año pasado con la lesión de Yoel, siendo el suplente habitual de Sergio, pero no tuvo la ocasión de poder debutar con el Celta hasta el pasado verano en el Trofeo Ciudad de vigo. Aquel día cumplía 17 años y tuvo el premio de vestir por primera vez la camiseta del Celta. 

Pero aún le faltaba el salto de hacerlo en un partido oficial. Y ese momento llegó ayer, tras mucho tiempo de espera, entrenando con el primer equipo, siendo uno más de la plantilla y teniendo en sus guantes el futuro del Celta. Muchos ya habían anticipado que había portero en el joven Rubén, y ayer muchos más se dieron cuenta de ello. El canterano estuvo impecable, resolvió bien la primera acción ante Manucho y eso le dio confianza para el resto del choque. Además, no perdió en ningún momento los nervios, se mantuvo tranquilo, contemporizó con el balón cuando fue necesario y tuvo arrestos para sacar una mano salvador a un peligroso remate de cabeza rival.

En la cancha se comportó como un adulto, casi un veterano curtido en las suficientes batallas para salir airoso de esta, pero cuando el colegiado señaló el final del encuentro salió el niño que hay en él. Su celtismo, su ilusión por la permanencia, unido al orgullo de haber sido una pieza importantísima en la victoria, pudieron con él. Será un grande, y gestos como estos no hacen sino confirmarlo. El orgullo, el amor propio y la humildad son las mejores armas para triunfar en el fútbol. 

0 comentarios:

Publicar un comentario