Gracias por todo, Javi

CÉSAR MINGUELA

Su fichaje el pasado verano fue uno de los más criticados entre la afición, que apostaba por mantener la pareja Sergio - Yoel que tan buenos resultados había dado durante la temporada del ascenso. Paco Herrera solicitó al club un portero experimentado y que pudieran pagar, y Torrecilla le presentó la opción de Javi Varas. No es que el sevillano sea un excelente portero, aunque alcanzó la fama tras un extraordinario partido en el Nou Camp ante el Barcelona, en el que fue capaz de parar a Messi como si tal cosa. 

No es aquella versión la que más se acerca a la realidad, pero parecía evidente que el Celta fichaba a un portero cumplidor. Se hizo con la titularidad desde el primer momento, pero más allá de sus cualidades futbolísticas, hoy prefiero destacar lo que ha aportado al vestuario y al club en general. Y es que ayer vivimos, con toda seguridad, los últimos momentos de Javi Varas como meta del Celta. La lesión le impedirá estar ante el Espanyol y finalizada la cesión regresará a Sevilla para intentar triunfar en su club de toda la vida. 

Javi Varas siempre ha dado la cara, en los mejores momentos, que han sido pocos, pero también en los peores. Jamás ha dejado de creer o de luchar, aunque su futuro estuviese muy lejos de Balaídos para el año que viene. El sevillano no jugará el año que viene en Segunda, con independencia de lo que le pase al Celta, pero se ha implicado como el que más en la lucha por la supervivencia. Su carácter, tan necesario en una plantilla muy inexperta, ha sido uno de los puntales del vestuario. Nadie quería que su última jugada con la camiseta del Celta fuese así, pero ha sucedido. Solo podemos desearle lo mejor en el futuro y agradecerle lo que ha dado por el escudo de la Cruz de Santiago. Gracias por todo, Javi.