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JORGE LANDÍN |
Uno de los goleadores en el Nuevo José Zorrilla, Gustavo Cabral, compareció esta mañana en sala de prensa para desmenuzar el partido ante el Valladolid y analizar el vital compromiso del próximo domingo ante el Espanyol. "El domingo todo salió redondo. El objetivo era ganar y se consiguió. El resto no dependía de nosotros, pero salimos favorecidos. Esto nos da vida para la última jornada. Existe esa luz de esperanza y hay que agarrarse a ella. El equipo está muy ilusionado", declaró. Reconoció además que la semana se hace larga, a la espera de disputar el próximo encuentro: "queremos que pasen rápido estos días".
Por otro lado, comentó las dificultades que ha afrontado en los últimos meses: "me ha tocado estar entre el banquillo y la grada. Es doloroso no poder ayudar a tus compañeros, te da rabia, pero las decisiones las toma el entrenador y yo las apoyo. Me tocó entrar ahora y mejor no pudo salir. Tras el gol corrí hacia el banquillo porque me salió así, porque somos una piña, porque estamos peleando juntos y porque queremos salir de esta". Al mismo tiempo, admitió el carácter liberador de la victoria en Pucela y quiso agradecer el comportamiento de toda la afición: "gracias a toda la gente que fue a Valladolid con la ilusión de que podíamos ganar. Fue lindo ver tantas camisetas celestes. Ojalá podamos darles una alegría".
Finalmente, preguntado por el encuentro del próximo sábado, el defensa fue rotundo. "Hay que ganarlo, jugando bien o mal. La hinchada estará con nosotros y eso nos ayudará". Asimismo, apeló a abstraerse de lo que ocurra en Riazor: "nosotros tenemos que jugar nuestro partido y ganarlo, no pensar en lo que esté haciendo el Deportivo. En caso contrario, estamos perdidos", concluyó.
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