![]() |
LOF |
El tiempo apremia, el margen se estrecha y cada vez son menos los motivos para creer en este Celta, menos las razones para pensar que obrará el milagro. No porque las matemáticas conviertan la tarea en imposible, al fin y al cabo la permanencia está a sólo cuatro puntos vista, sino porque el equipo vigués apenas da señales de mejora y se encuentra, a día de hoy, en el peor momento de la temporada, colista por primera vez después de 31 jornadas y con menos argumentos que en las primeras semanas del campeonato, en las que el optimismo invadía a una hinchada ahora deprimida.
El gol de Giovani dos Santos en el minuto 92 empeoró el panorama sobremanera. El objetivo eran los tres puntos, que habrían situado al Celta antepenúltimo y a un solo punto de la permanencia, pero las tablas bastaban para mantener al Mallorca en la última plaza y continuar a un partido de la salvación, tal y como comenzó la jornada. Eso debieron pensar los pupilos de Abel Resino en el tramo final del encuentro, en el que les faltó ambición. Pagaron caro su conformismo. Marcó Dos Santos en la última acción del partido y condenó al Celta al 'farolillo rojo'. Ése que durante tantas jornadas vistió un Deportivo otrora condenado y hoy resucitado. Nadie está más lejos de la permanencia que el Celta, nadie, y sólo quedan siete encuentros por disputarse.
El tanto postrero de Gio también sirvió al Mallorca para ganar el 'gol-average' particular al cuadro olívico, la enésima mala noticia de una noche para olvidar. También el mencionado Deportivo, otro de los rivales directos de los vigueses, quedaría por delante en caso de empate a puntos. En el caso del Granada hay igualdad en los duelos directos –habría que recurrir por consiguiente a la diferencia de goles general, que ahora favorece al Celta– y aún está por definir el 'average' ante el Zaragoza, que el lunes que viene visita Balaídos.
Precisamente, el choque contra el conjunto maño ha pasado a convertirse, sobre todo después del gol de Dos Santos, en el clavo ardiendo al que debe agarrarse el equipo de Abel Resino. Si es posible obrar el milagro, lo será después de haber derrotado al Zaragoza. Cualquier otro supuesto es una utopía.
El Celta ha dejado los deberes para el último momento. Necesita ganar cinco partidos de los siete que le quedan por delante para alcanzar los 39 puntos, cifra que podría bastar para alcanzar la permanencia. O no. Pero el hecho en sí de vencer esos cinco encuentros se antoja harto complicado si le echamos un ojo al calendario celeste. El conjunto olívico sólo ha sido capaz de ganar uno de sus últimos trece partidos, tres de los últimos veinticuatro, tantas victorias como sumó en las siete primeras jornadas.
El gol de Giovani, además, ha invalidado el discurso que en las últimas semanas ha vertebrado el vestuario celeste. El Celta ya no depende de sí mismo. Tiene en su mano superar en la tabla al Zaragoza si suma los tres puntos en juego el próximo lunes. Pero nada más. A partir de ahí, deberá esperar más errores ajenos –supuesto que hasta la fecha se ha producido con notable regularidad– y añadir, evidentemente, aciertos propios a esta carrera contra el tiempo en que se ha convertido la pelea por la permanencia.
El gol de Giovani, por último, sirvió también para dar continuidad a dos rachas nefastas para el Celta. Por un lado, el equipo vigués encadenó su décimo octava jornada consecutiva encajando al menos un gol y, por otra parte, sufrió una nueva derrota fuera de casa. En dieciséis encuentros como visitante, el equipo vigués ha sumado un solo triunfo, un empate y ha encajado catorce derrotas. Razones que no invitan a ser optimistas. Sólo cabe un milagro.
Borja Barreira / Atlántico Diario
0 comments:
Publicar un comentario