Empiezan las finales para el Real Club Celta, los partidos
en los que las victorias se transforman en oxígeno y las derrotas empujan el
alma hacia el abismo. Tras la dolorosa derrota ante el Rayo Vallecano, el ya de
por sí vital encuentro de Mallorca se ha convertido en decisivo. No vale otra
cosa que el triunfo ante un rival directo que también se está jugando la vida.
La afición lo sabe y por ello mostró ayer su apoyo al equipo en una
multitudinaria quedada en A Madroa bajo el lema #NonNosRendemos. Algo más de
medio millar de celtistas se dieron cita en las instalaciones deportivas del
club para dar el último aliento a los jugadores justo antes de un choque
trascendental, de esos que acercan objetivos o destrozan sueños. Turno ahora de
la plantilla de no arrojar la toalla y traerse de vuelta unos 3 puntos que
valen su peso en oro. Salvo la goleada del Deportivo en el Ciutat de Valencia,
todos los resultados del fin de semana han favorecido a los intereses célticos,
quienes tendrán la enésima oportunidad para recortar diferencias con sus
rivales y dejar los puestos de permanencia a tan 1 sólo punto.
Abel Resino, muy
cuestionado en la última semana por su propuesta futbolística, parece decidido
a introducir cambios. El técnico toledano ha reconocido que variará ligeramente
la forma de jugar con el fin de mejorar los resultados. La defensa retrocederá algunos metros y el
balón cobrará más protagonismo. Por ello, se intuye una variación de piezas en
el once. Natxo Insa, sobresaliente ante el Barcelona pero ausente frente al
Rayo, regresará al equipo para formar junto con Borja Oubiña en el doble pivote,
desplazando así a Álex López al banquillo. Otros que también pueden entrar son
Michael Krohn-Dehli, relegando al banquillo a Daniel Pranjic, y Mario Bermejo, que parece haberle ganado la
partida a Park. Por su parte, Túñez regresará al eje de la defensa para acompañar
a un Jonathan Vila que se perfila como titular después de la lesión de Demidov
y el bajo nivel ofrecido por Cabral en los últimos encuentros.
Así pues, el Celta
saldrá de inicio con Javi Varas en la portería y una línea de cuatro en defensa
con Jonny, Vila, Túñez y Roberto Lago. Oubiña y Natxo Insa ocuparán el doble
pivote con Augusto Fernández y Michael Krohn-Dehli en los costados. Como viene
siendo habitual en las últimas semanas, Fabián Orellana ejercerá funciones de
mediapunta, mientras que Mario Bermejo será la principal referencia ofensiva.
Por su parte, el
Mallorca encara el choque con las mismas necesidades y obligaciones que el
Celta. El amago de reacción en la isla no se terminó de consumar y son ya tres
las derrotas consecutivas que acumula el conjunto balear. Por ello, ganar al
conjunto olívico significaría recuperar la confianza y acercarse un poquito más
a la salvación, al tiempo que hundirían en el farolillo rojo a su rival de esta
noche.
Para conseguirlo,
Gregorio Manzano podrá contar con prácticamente todo su arsenal. La principal
duda está en la defensa, donde Bigas podría arrebatar la titularidad a Geromel
en el centro de la zaga. Asimismo, Pereira cuenta también con opciones de
regresar al once varios meses después. De esta forma, los baleares jugarían con
Aouate en portería y una defensa de cuatro compuesta por Hutton, Nunes, Bigas y
Luna. Pereira, Pina y Tissone actuarían en el centro del campo. Por delante, el
tridente ofensivo formado por Alfaro, Hemed y el peligrosísimo Giovani Dos
Santos.
Gil Manzano, del
colegio extremeño, será el encargado de impartir justicia entre dos conjuntos
muy necesitados. Las oportunidades se acaban y si bien lo de Mallorca no va a
sentenciar ni a unos ni a otros, sí que puede allanar el camino, tanto el de la
vida como sobre todo el de la muerte. Mucho que perder y sólo aliento que
ganar. Un aliento que persigue el Celta, un aliento que no se cansa de regalar
su afición. Ayer se lo dijo bien claro: #NonNosRendemos. Son Moix demostrará si
han captado el mensaje.


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