Sebastián Méndez inició hace un par de años su carrera como técnico casi sin pretenderlo y espera, con el tiempo, hacerse una reputación en la profesión. "En Argentina me fue bastante bien, aunque me retiré pronto por las lesiones crónicas de la rodilla. Y enseguida comencé como técnico. A los cuatro meses de retirarme ya estaba dirigiendo a San Lorenzo y después tuve una experiencia con Banfield en la que me fue bastante bien", revela el exzaguero.
Su afición por el banquillo comenzó a materializarse en sus últimos años de jugador. "No pensaba en entrenar cuando jugaba en el Celta, me di cuenta de que quería dedicarme a esto en los últimos años de mi carrera. Con la edad empecé a ver el fútbol de otra manera y hacia el final ya me fijaba muchos en las tácticas que empleaban los equipos y esto fue dando forma a la idea de entrenar", apunta.
"Me llamaron porque justo salió Simeone de San Lorenzo, quedaba algunas fechas y el presidente me llamó para que me hiciese cargo del plantel. Mi relación con el club, como en todos en los que jugué, era muy buena, y así empecé. Al principio es complicado pero luego se le va tomando el gusto. Es una profesión linda, pero de mucha presión y responsabilidad", observa Méndez, que sigue con atención la actualidad del Celta y espera por dirigir en el futuro al conjunto vigués. "Me encantaría entrenar algún día al Celta, no me lo pensaría ni un segundo. Pero para eso hace falta tiempo. Antes hay que aprender y primero tener un bagaje para estar a la altura de las circunstancias. Pero sí que sería un orgullo entrenarlo", afirma.
Faro de Vigo
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