Es alargada la lista de entrenadores que año tras año
repiten que los objetivos se consiguen en las últimas diez jornadas, que la
meta es llegar a ellas con plenas posibilidades de lograrlos y así echar el
resto en el sprint final para alcanzar la conclusión de la maratón con el deber
cumplido. Tras empatar frente al Barcelona el pasado sábado, al Celta le quedan
nueve partidos, nueve finales en las que se va a jugar su futuro en Primera División.
Lo peor del calendario ya ha pasado y llegan los rivales directos en el momento
clave, en el instante de jugarse verdaderamente las habichuelas. Es ahora
cuando no se puede fallar.
Tal y como están
las cosas, los tres próximos encuentros serán decisivos. Rayo, Mallorca y
Zaragoza calibrarán las opciones de los de Abel Resino, obligados a conseguir
una buena cosecha de puntos si quieren seguir vivos. La salvación queda ahora a
3, distancia que separa al Celta con el conjunto maño. Más arriba, Osasuna se escapa y el Granada puede hacer lo propio si vence hoy a los
vascos en La Catedral. Por detrás está el Mallorca, empatado a puntos con los
celestes, y un Deportivo resucitado que con dos victorias consecutivas se ha
metido de nuevo en la pelea.
En esta situación
afronta el Celta esta terna de compromisos de carácter vital, de los que puede
salir reforzado o totalmente hundido. Todo lo que sea sumar menos de 6 puntos es
mortal, mientras que dos victorias podrían admitir una derrota y mantener al
equipo en la lucha. Con 7 puntos es muy probable que los celestes puedan salir
del descenso, pero un pleno de triunfos supondría un espaldarazo brutal. Es lo
que debe buscar el Celta, con capacidad suficiente para hacerlo y muy
necesitado de conseguirlo.
La primera piedra
es el próximo domingo en Balaídos ante un Rayo Vallecano prácticamente salvado,
pero que acumula dos derrotas consecutivas. Una victoria viguesa, unida a una
derrota del Zaragoza en Riazor, sacaría a los célticos del descenso. Además, el
Mallorca visita el Camp Nou, mientras que Osasuna y Granada reciben a rivales
complicados como Espanyol y Betis. Al margen de lo que pase, por el momento, la
necesidad y el hecho de jugar en casa, vencer es obligado.
Una semana más
tarde toca visitar Mallorca y tratar de una vez por todas sacar algo positivo a
domicilio. Un partido de 6 puntos en el que además estará en juego el
goal-average particular (1-1 en la ida) y que el Celta jugará un lunes sabiendo
lo que han hecho sus demás rivales directos, los cuales afrontarán compromisos
muy complicados. Deportivo, Granada y Osasuna visitan los campos de Levante,
Atlético de Madrid y Málaga respectivamente, mientras que el Zaragoza recibe en
la Romareda el Barça. Momento idóneo pues para rascar algo fuera de casa.
Finalmente, el
Celta volverá a Balaídos para jugar frente al Zaragoza. Los maños son ahora la
referencia por la salvación, por lo que un triunfo se antoja vital. Y es que no
sólo los puntos están en juego, ya que de ganar los celestes lograrían también
el diferencial de goles particular (0-1 en la ida). Además, ese mismo fin de
semana, el Deportivo recibirá al Athletic, el Granada al Valladolid, el
Mallorca al Rayo y el Osasuna a la Real Sociedad.
En resumen, tres
partidos que marcaran el devenir del Celta, tres semanas que definirán el
futuro de un equipo que el pasado sábado tiró de heroica para arañar 1 punto
inesperado, pero que a partir de ahora debe cumplir con sus obligaciones. Y
estas no son otras que ganar los choques directos. No queda otra.
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