El Celta se niega a arrojar la toalla


LOF
Los capitanes del Celta pusieron ayer buena cara a la tormenta que se le ha venido encima al equipo tras perder en Mallorca. Con aire abatido por la despiadada derrota sufrida en el último segundo en la isla, dolidos por la nueva ocasión desperdiciada, los celestes regresaron ayer a Vigo con la convicción de que nada está todavía perdido. El Celta no se rinde y el equipo, coinciden los cuatro capitanes, presentará batalla mientras las matemáticas le concedan un resquicio.

En esto Borja Oubiña se mostró ayer categórico. "Hay mucha gente que nos da por muertos, pero la realidad es que quedan partidos. Hay que seguir. Tenemos el partido del lunes y no hay que pensar ni hablar más allá de eso", declaró el capitán celeste al regreso del equipo a la ciudad desde Mallorca. El varapalo sufrido en el último segundo en Son Moix ha dejado secuelas en el ánimo, pero el equipo se esfuerza por recomponer sus pedazos y mirar hacia el futuro. "Hay muchos casos dentro del fútbol en los que se han sacado adelante situaciones difíciles. Por lo tanto, hay que levantarse, hay que querer y hay que seguir hasta el final. Aquí no se puede rendir nadie", proclamó.

Con siete partidos por disputarse, Oubiña ve margen para la salvación. Y el compromiso del próximo lunes contra el Zaragoza debe ser la primera piedra en el camino de la remontada. "Es un partido fundamental, como todos. Mientras haya esperanza y las matemáticas digan que es posible hay que estar ahí hasta el final porque aún pueden pasar muchas cosas", subrayó el medio centro, que destaca la unión del vestuario en este momento de tribulación. "Lo hemos hablado, la gente quiere salvarse y estar ahí hasta el final Y es lo que nos queda, no tenemos derecho a otro cosa", señaló.

Menos contundente, aunque también esperanzado, se mostró Jonathan Vila. "La situación es muy complicada, hay que ser realistas. Pero quedan siete partido y hay que seguir. No podemos agachar la cabeza", apuntó el porriñés, que negó que el vestuario adolezca de compromiso. "A nadie le falta compromiso. Ahora mismo todos estamos dando el cien por cien de nuestras posibilidades, después lo que ocurra es otra cosa. Yo no creo que haya compañeros que no le estén echando cojones o que no corran. Eso no es así", afirmó el zaguero. Y remató: "En el vestuario siempre hay buen ambiente, siempre lo hubo y siempre lo habrá. Y es el momento de estar unidos, de juntar fuerzas y mirar hacia adelante".

Sin poner paños calientes a la dificultad de la situación, Mario Bermejo prefirió también pensar en positivo. "Las opciones de permanencia son menores cada partido que pasa si no sumas, pero no nos vamos a permitir bajar los brazos en ningún momento. Estamos en un momento difícil y doloroso. Hablamos entre los compañeros y tienes ganas de meterte en casa y no salir. Pero esto se pasará mañana. Iremos a A Madroa, empezaremos a entrenar como cabrones e intentaremos darle la vuelta a esta situación, que pese a ser difícil no es límite", recalcó el delantero.

Tampoco Roberto Lago se mostró ayer dispuesto a claudicar. "Siempre digo que mientras hay vida, hay esperanza. Tenemos que ayudarnos. Hemos demostrado que somos un grupo unido y tenemos que remar hacia adelante. Quedan siete jornadas, no hay nada imposible y el lunes tenemos otra final", apuntó el defensa central céltico.

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