Por segunda vez en lo que llevamos de temporada, el Celta ha
tenido que ver pasar la semana desde los puestos de descenso. La dolorosa
derrota de Pamplona, unida a las victorias de varios de sus rivales directos,
ha empujado al conjunto de Paco Herrera al fondo de un pozo del que debe
escapar cuanto antes. Para ello se agarra a una condición de local con la que
se siente cómodo y confiado. Todo lo contrario que cuando actúa como visitante.
Casi da igual que el rival de enfrente sea un Valencia en franca mejoría. Los
celestes han dado motivos para confiar más en ellos recibiendo en Balaídos al
mejor equipo del mundo que visitando la cancha de una escuadra de inferior
categoría. Además, la respuesta de la afición, volcada de nuevo en los momentos
complicados, facilita las cosas. Equipo e hinchada están concienciados en
convertir el paso por la zona peligrosa en algo transitorio, aunque para ello
sea necesario doblegar a un bloque de Champions como el Valencia, reforzado con
la llegada de Ernesto Valverde, pero con un ojo puesto en la eliminatoria
frente al Paris Saint-Germain. No será fácil, pero el Celta está casi que
obligado a conseguirlo.
En una semana
marcada por los compromisos internacionales, Herrera podrá finalmente disponer para el encuentro ante los chés de la totalidad de su plantilla, a excepción de los lesionados Samuel y Hugo
Mallo y del sancionado Roberto Lago. La vuelta
de Augusto Fernández y Krohn-Dehli, unido a la incorporación de Orellana,
convierten la configuración del ataque celeste en un galimatías que el
preparador céltico no quiso descifrar. Se intuye la presencia tanto del
argentino como del danés, las cuales se unen a la ya confirmada de Álex López
por Paco Herrera. Así pues, la principal duda radica en la posición de extremo
izquierdo, donde Pranjic y Orellana compiten por un puesto, aunque vista la
ilusión que despierta y el interés que puso el club en su contratación, lo más
lógico sería pensar en la titularidad del chileno. Por otra parte, en el centro
de la zaga quizás haya menos dudas, pues Herrera confía en Túñez y Demidov
parece haberle ganado el puesto a Gustavo Cabral.
Por tanto, el Celta
saltará al campo con un once compuesto por Javi Varas en portería y una línea
de cuatro por delante con Jonny, Demidov, Túñez y Roberto Lago. En el centro
del campo, Oubiña, quien cumplirá 100 partidos con la camiseta del Celta en Primera División, como pivote y Álex López y Krohn-Dehli actuando como
volantes. En el frente de ataque, Orellana por la izquierda, Augusto Fernández
por la derecha, y arriba Iago Aspas.
Mientras, el
Valencia llega a Vigo en clara ascensión. Ernesto Valverde ha logrado cambiar
la imagen que el equipo venía mostrando con Pellegrino y, salvo el desagradable
tropiezo frente al Real Madrid en Mestalla, el conjunto valencianista se ha
mostrado muy fuerte en sus últimos compromisos. Llega al partido ante el Celta
con el choque de Champions ante el PSG en el horizonte, pero con la idea de
alcanzar una cuarta plaza que ya tiene a tiro. Piatti, Viera y el ex-deportivista
Andrés Guardado se han quedado en la capital del Turia. Por lo demás, Valverde
se trae a toda la artillería para sumar su cuarto triunfo consecutivo a
domicilio.
En principio, los
chés saldrán de inicio con Guaita en la puerta, Joao Pereira, Rami, Ricardo
Costa y Cissokho en defensa. Por
delante, Tino Costa y Banega actuarán en el doble pivote con Bernat y Feghouli
en las bandas. En ataque, con Jonas por detrás, el temible Roberto Soldado.
Teixeira Vitienes,
del colegio cántabro, dirigirá un choque con muchas más urgencias para el
Celta. El Valencia no quiere frenar su remontada liguera y pretende un triunfo
que lo acerque a la Champions. Los de Herrera, con el agua al cuello por
primera vez, quieren desprenderse de esa desagradable sensación que supone
estar en puestos de descenso cuanto antes. Lo malo, si breve, dos veces bueno,
por lo que urge una reacción. Desde casa parece más sencillo.


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