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La afición del Celta no desfallece. La hinchada está incondicionalmente con el equipo en su lucha por mantenerse en Primera División y no pierde la ocasión de demostrárselo. Cuanto más difíciles se ponen las cosas, más muestras de apoyo recibe el equipo. Así sucedió ayer, de modo muy claro, en Getafe. Se juntaron en el Coliseum Alfonso Pérez dos centenares de hinchas, la mitad de ellos de la peña Irmandiños 1923, que viajaron desde Vigo en autobús para arropar el conjunto de Herrera en su partido contra los azulones. A ellos se unieron otros muchos de la peña madrileña Morriña Celeste, que aprovechó la visita para acudir en tropel al partido.
Las muestras de ánimo hacia el equipo fueron numerosas antes, durante y después del partido. Pero sobre todo tras el choque. Un nutrido grupo de aficionados despidió a los jugadores con aplausos y gritos de ánimo cuando abandonaban el estadio. Toda una demostración de adhesión y confianza de la que los futbolistas deberían tomar buena nota. La hinchada cree en esta plantilla, ahora son los jugadores los que tienen que convencerse de que son capaces.
Faro de Vigo
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