El conservadurismo de Herrera fulmina al Celta en Pamplona

EFE

Aquel que no haya visto el partido del Celta en el Reyno de Navarra no se ha perdido nada diferente a lo acontecido otras veces a domicilio a lo largo de esta temporada. Una vez más, Paco Herrera, con un planteamiento excesivamente conservador, olvidó la personalidad celeste en Balaídos y empujó al equipo hacia un fútbol que ni le gusta ni sabe practicar. Una personalidad que recuperó a medias con el marcador en contra, aún con jugadores fuera de sitio y sin tampoco dominar en exceso, y que ante la falta de gol no sirvió para voltear el electrónico. Derrota dura tanto por el fondo como por las formas que deja al conjunto vigués al borde del precipicio y, lo que es peor, con la sensación de una incapacidad absoluta para revertir la mala racha a domicilio.

   

La sorpresa en la alineación saltaba a poco más de tres cuartos de hora para el comienzo del encuentro. Herrera devolvía la titularidad a Túñéz, quien completaba la zaga formada por Demidov, Joni y Roberto Lago, y situaba a Gustavo Cabral en el doble pivote con Borja Oubiña, en la posición en la que argentino había jugado en Vallecas. Por delante, una línea de tres mediapuntas con Pranjic, Bermejo y De Lucas, y arriba Iago Aspas. La portería, como es habitual, para Javi Varas.

   

Como ya hacía intuir el once, el Celta saltó al Reyno de Navarra a especular, a jugar con el 0-0, fortaleciendo su retaguardia y cediendo el control del esférico a un Osasuna que precisamente no destaca por su labor creativa. El resultado fue un encuentro soporífero, con abuso del patadón y del juego áereo en el que todo momento se vio más cómodo al conjunto rojillo que al celeste. Tal era la falta de fútbol que la primera ocasión no llegaría hasta el minuto 25, cuando un error de Rubén propició un mal despeje de Andrés ante la presión de Aspas y permitió a Oubiña disparar a puerta vacía. Erró el canterano con un lanzamiento muy desviado.

   

A partir de entonces, el encuentro se animó y el Osasuna dispuso de tres claras oportunidades para adelantarse. Dos de ellas, a través de sendos disparos de Álvaro Cejudo a los que respondió correctamente Javi Varas. Y la tercera, la más clara de todas, con un cabezazo de Armenteros que impactaría en el larguero. Entre medias, Aspas remataría arriba un buen centro servido desde la izquierda. Con ello murió una primera mitad en la que al Celta le costó dar dos pases seguidos, fruto de un centro del campo horrible con un Oubiña fallón y un Cabral fuera de sitio.

   

Con la reanudación el guión no cambió. Osasuna continuó creyendo más en la victoria, jugando a lo que sabe, y acabó encontrando premio ante un Celta ansioso por el empate y navegando en lo desconocido. Armenteros cazó un rechace de un corner hacia el costado izquierdo del área y, libre de marca, empaló a la red para firmar el 1-0. El plan de Herrera por los suelos.

   

Fue entonces cuando el técnico catalán recordó que su equipo sabe jugar al fútbol. Dio entrada a Toni y Park y retiró a De Lucas y Cabral. Al mismo tiempo, y con Álex López en el banquillo –segunda suplencia consecutiva del ferrolano-, Herrera prefirió retrasar a Pranjic al doble pivote, mantener a Bermejo en el campo y escorar a Park a lo izquierda. El Celta mejoró, pasó a dominar más el balón, pero no terminaba de generar excesivo peligro sobre la portería de Andrés Fernández.

   

El Osasuna se sentía cómodo al contragolpe y contuvo sin grandes dificultades las tímidas embestidas de un Celta que había tirado a la basura 55 minutos y que había recuperado la ambición con el viento en contra. El problema de esto es que si al equipo le falta gol, la reacción tardía puede no bastar para arreglar las cosas. Tuvo el Celta dos clarísimas ocasiones, una tras un centro de Álex López al que no llegaron ni Demidov ni Aspas, y otra con un rechace franco para  el propio Álex López, similar al del gol de Osasuna, que el futbolista departamental no consiguió enviar entre los tres palos. Revelador que los mejores minutos del conjunto vigués sobre el terreno de juego fueron con el 8 celeste en el campo.

   

Ahí murió el partido. Osasuna supo dormir el encuentro en el área céltica y los vigueses terminaron claudicando en un encuentro de los que estaba prohibido perder y que sólo deja como nota positiva el goal-average ganado al conjunto navarro. Todo lo demás, como afirmó el propio Herrera en sala de prensa, fue horrible.

   

Lo cierto es que ya cansa repetir la misma historia cada 15 días. Siempre con marcador ajustado, siempre con sensación de haber podido hacer más, siempre sin necesidad de que el rival haga un gran partido, el resultado es el mismo. El Celta no carbura fuera de casa y cuando se repite tantas veces el culpable quizás haya que buscarlo en el banquillo. La victoria de Zaragoza, donde el equipo cuajó un partido similar al de hoy pero la balanza terminó cayendo de su lado, ha confundido a Herrera, le ha hecho creer que el Celta es capaz de ganar fuera jugando a lo que no sabe. Falso. Desde entonces, y a excepción de Málaga –donde casualmente puntuó-, el Celta ha repetido el guión: ha juntado líneas, ha regalado el balón, ha encajado en un despiste y ha fracasado en su posterior reacción ante su falta de gol. Herrera debe reflexionar y devolver al equipo su identidad a domicilio. Si no, parece difícil revertir una situación que se está empezando a poner muy complicada.


Ficha técnica:

1 - Osasuna: Andrés Fernández, Damiá, Rubén, Miguel Flaño, Nano; Lolo (Raoul Loe, m. 88), Oier Sanjurjo; Cejudo (Silva, m. 68), Nino, Armenteros y Kike Sola (Llorente, m. 65).

0 - Celta: Javi Varas, R. Lago, Tuñez, Demidov, Cabral (Park, m.
60), Jony, Oubiña, Pranjic, Mario Bermejo (Álex López, m. 74), De Lucas (Toni, m. 60) e Iago Aspas.

Gol: 1-0, m.54: Armenteros.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Mostró tarjeta amarilla a los locales Rubén (m, 58), Damiá (m, 84), y a los visitantes Roberto Lago (m. 9), Mario Bermejo (m, 31) y Toni (m.
83).

Incidencias: Partido de la liga BBVA, correspondiente a la vigésima segunda jornada, disputado en el estadio Reyno de Navarra ante 14.404 espectadores.