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EFE |
Diez partidos y una victoria. El balance es muy negativo. Se podría considerar pésimo. Tres puntos de treinta posibles son uno de los justificantes de la situación clasificatoria del Celta tras el término de la primera vuelta. El conjunto vigués culmina la primera mitad de la temporada al filo del descenso. El buen fútbol realizado en la mayor parte de los encuentros no ha servido al equipo de Paco Herrera a disfrutar de una posición más tranquila en la tabla.
El aspecto a mejorar en las próximas diecinueve fechas son los resultados y la imagen lejos de Balaídos. Sin lo primero no llega lo segundo. Las victorias no son el único dato pírrico como visitante. La puntería es el otro lastre de este Celta. El conjunto vigués no ve puerta a domicilio desde el tanto conseguido por Iago Aspas en el triunfo cosechado ante el Zaragoza. Desde entonces derrotas por la mínima ante Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid y Espanyol. Además, el cuadro celeste tampoco fue merecedor de la victoria en estas tres últimas visitas. Las imprecisiones y la falta de ideas condenan a los vigueses a realizar su próximo desplazamiento –a La Rosaleda- con la necesidad de ganar para no caer al pozo de la categoría.
Las estadísticas hablan por sí solas. El Celta acaba la primera vuelta siendo el peor equipo a domicilio de la categoría (sólo tres puntos). Los hombres de Paco Herrera también son, con siete dianas, uno de los equipos con menos gol cuando juega como visitante. Mejorar estos datos y mantener los registros en Balaídos será clave para que el conjunto vigués acabe renovando su continuidad en la máxima categoría.
Carlos I. Castrillón / Faro de Vigo
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