Los Reyes Magos pasarán por Vigo la madrugada del 6 de
enero. Que traigan 3 puntos o dejen carbón en Balaídos no se sabrá hasta
prácticamente las 2 de la tarde. En esta incongruencia continua que son los
horarios de la Liga española, al Celta le ha tocado recibir al Real Valladolid
en la mañana del día de Reyes. La habitual jornada festiva se torna ahora en
obligación debido a la situación clasificatoria. El pequeño colchón obtenido
tras la victoria de Zaragoza allá por mediados de noviembre está a punto de tocar
suelo. Los de Paco Herrera, al borde de los puestos de descenso, precisan una
victoria que se les resiste desde la visita a tierras mañas. Más todavía en
Balaídos, donde el equipo no gana desde la primera semana de octubre ante el
Sevilla.
El escudo se ha
gastado y el tarro de las excusas parece ya vacío. Está claro que el fútbol no
ha sido todo lo justo que debiera con el Celta, pero también resulta evidente
que eludir responsabilidades y culpabilizar por completo al azar no es el mejor
camino a seguir. Vencer al Valladolid, otro recién ascendido pero con mejor
adaptación a la categoría que los celestes, permitiría alejarse del fuego.
Sería la mejor manera de comenzar una semana importante con el Espanyol en el
horizonte y el caramelo de la Copa del Rey en el Santiago Bernabeu.
Para tan importante
partido, Herrera contará con la baja de uno de sus indiscutibles. Augusto
Fernández, sancionado por acumulación de amonestaciones, no podrá estar ante
los pucelanos. Toni, habitual segunda opción para el costado diestro, parece la
opción más lógica para sustituir al argentino. No obstante, el técnico catalán
no termina de confiar del todo en el extremo coruñés, por lo que la alternativa
de De Lucas en banda o incluso la opción de un trivote con Krohn-Dehli y Álex
López escoltando a Oubiña y una línea de tres delanteros por delante es
posible. Bermejo, con molestias a lo largo de toda la semana, es de esperar que
no sea de la partida, por lo que Park o De Lucas (o incluso ambos) acompañarán
a Iago Aspas. En zona defensiva, actuará la zaga habitual, con Cabral y Túñez
en el centro, Hugo Mallo y Roberto Lago en los laterales y Javi Varas en la
puerta. El reciente fichaje Vadim Demidov, los descartados Dani Abalo y Joan
Tomás y el lesionado Samuel no han entrado en la convocatoria.
Por su parte, el
Valladolid de Miroslav Djukic llega a Vigo plagado de bajas. El técnico serbio,
al que no le espera un caluroso recibimiento en Vigo tras las acusaciones
vertidas el curso pasado en plena lucha por el ascenso en las que dejó entrever
que el Celta primaba a rivales propios y ajenos para conseguir sus objetivos,
deberá hacer encaje de bolillos para configurar un once. Hombres importantes
como Manucho, Óscar, Ebert, Rueda o Víctor Pérez, este último lesionado de
gravedad a última hora, no podrán estar en Vigo. Los pucelanos, manteniendo el
bloque y el estilo del curso pasado, se han erigido en el equipo revelación del
campeonato y tienen la oportunidad de consolidar su cómoda posición en mitad de
tabla y alejar a la importante distancia de 10 puntos al que, a priori, es un
rival directo por la permanencia.
Pese a las bajas,
Djukic presentará un once competitivo que formarán Dani Hernández en la puerta
y una defensa de cuatro con Rukavina, Sereno, Valiente y Balenziaga. Álvaro
Rubio y Sastre actuarán en el doble pivote, escoltando a un trío de mediapuntas
formado por Omar, Bueno y el recién incorporado Larsson. Arriba, un hombre que
acostumbra a “mojar” cuando se enfrenta a los celestes, Javi Guerra.
Velasco Carballo,
del colegio madrileño, será el encargado de impartir justicia en una mañana de
Reyes carente de fiestas y repleta de responsabilidad para los locales. El
Celta no se puede permitir más tropiezos si no quiere meterse de verdad en
problemas serios. Recuperar el sabor del triunfo ante un rival directo y
empezar el año fuertes en Balaídos es el objetivo. Herrera ya le ha escrito la
carta a los Reyes Magos: oro, incienso y 3 puntos.






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