El dichoso punto que justifica los medios

DIEGO PÉREZ

El Celta afronta este sábado un partido importantísimo para su futuro en Primera División con la visita a Pamplona para medirse a Osasuna, situado dos puntos por debajo de los celestes y en el antepenúltimo puesto de la tabla clasificatoria (el más próximo a la permanencia). Los de Paco Herrera pueden salir reforzados o tocados de El Sadar y acuden allí con la incógnita física de Iago Aspas, aunque quienes no tienen ninguna posibilidad de jugar son los sancionados Krohn-Dehli y Augusto.

Con 20 puntos en su haber, el conjunto céltico no ha perdido en esta segunda vuelta con dos empates en otros tantos encuentros (Málaga, Real Sociedad), pero, aunque todos sabemos que es mejor sumar a no hacerlo, la odisea de avanzar en la clasificación de tres en tres constituye una especie de frontera entre esa posible agonía cuando ganan los demás competidores por el descenso (Deportivo, Osasuna, Mallorca, Granada y por ahora habría que meter en el mismo saco a Zaragoza y Espanyol) y el alivio momentáneo de tener cierto margen de error.

Obviamente, resultadistas y quienes no lo son tanto discreparán sobre las maneras celestes de afrontar el choque del pasado sábado cuando Paradas Romero se cargó el partido tras expulsar a Augusto con una doble amarilla innecesaria y chulesca. Hasta entonces, el Celta sobrevivía con una ventaja mínima a base de fútbol directo y calculado ante unos ‘txuri urdin’ con poca mordiente. A la lesión de Aspas, que no volvió tras el descanso y fue sustituido de forma coherente por Álex López, se sumó nada más comenzar la segunda parte el bochorno arbitral. Quedaba casi todo un período. Había que defender con uñas y dientes ese 1-0. Herrera no esperó. Puso al recién llegado Pranjic por Bermejo, empató Elustondo al cabecear un saque de esquina y poco después Park se marchó para dar paso a Natxo Insa.

Me eché las manos a la cabeza. Con un 4-5 o, básicamente, sin delanteros en el terreno de juego se atrincheró el Celta ante Javi Varas para salvar un punto. Montanier ayudó poniendo a Agirretxe por y no junto a Ifrán. Defendimos bien. Los célticos evitaron la tragedia. ¿Acaso hubiese sido imposible marcarle otro gol a Bravo con algún ariete sobre el césped de Balaídos? ¿Será este el ‘modus operandi’ habitual ante este tipo de dificultades? ¿Era una tarea más sencilla poner todo ese empeño defensivo que dejar alguna puerta abierta a la victoria? Habrá que asumir que el dichoso punto justifica los medios. Si Herrera asegura que con estos métodos vamos a continuar un año más en Primera División, firmo donde haga falta.