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| EFE |
El césped de Balaídos sigue siendo una de las grandes preocupaciones de Paco Herrera. El técnico catalán lamentaba el mal estado del verde de Balaídos antes de las vacaciones de navidad, confiando en que el periodo vacacional y el hecho de jugar dos partidos a domicilio de forma consecutiva en el mes de enero sirviese para que se recuperase. Sin embargo, no ha sido así, las fuertes lluvias caídas en Vigo durante el mes de enero han empeorado todavía más el aspecto de la hierba de Balaídos: "No me gusta nada, ha pegado un cambio a peor. Desde arriba el campo está perfecto, pero está igual de pesado que estuvo el día del Betis. Los jugadores se hunden y me temo que mañana el campo se va a levantar y estará excesivamente pesado para el tipo de jugadores que tenemos", comentó esta mañana en sala de prensa.
Ayer mismo era Iago Aspas el que se quejaba por el estado del césped, afirmando que no le convenía al equipo por su estilo de juego. Herrera cree incluso que puede obligarle a cambiar su idea de juego por este motivo: "No es lo mismo que el campo esté durito y rápido, a que esté pesado. Vamos a mantenernos hasta el final con una idea, aunque el equipo en casa, con independencia del resultado, siempre se ha mostrado con una gran disposición en todos los sentidos", señaló Herrera.
Durante los últimos meses, el Celta ha emprendido una serie de mejorar en Balaídos, tanto en su parte interior como en la fachada exterior. Estas obras, necesarias y agradecidas por la afición, han estado por delante del necesario resembrado del césped de Balaídos, que se plantó por última vez en el año 2007. Entendemos que eso es más prioritario que el pintado de las escaleras de Balaídos, los murales del túnel de vestuarios o la reforma de la zona VIP del estadio. Cierto que las lluvias no han ayudado, pero el césped de Balaídos hace tiempo que pide a gritos una pequeña inversión para que presente una mejor imagen.
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