A menos que los mayas estuviesen en lo cierto y el fin del
mundo se hubiese producido al despertar del día de hoy, el Celta cerrará el año
futbolístico esta noche a partir de las 22:00 horas en el estadio Vicente
Calderón. Un año, el 2012, prácticamente inmejorable para los intereses
celestes. El tan ansiado ascenso de
categoría se convirtió en realidad, la reconciliación entre hinchada y equipo
terminó por realizarse y el futuro de la entidad tanto en lo deportivo como en
lo económico invita al optimismo.
No obstante, dos
malos resultados ligueros y una incierta posición en la tabla, a tan sólo 2
puntos del descenso después de desaprovechar numerosas oportunidades para
distanciarse de ella, han bastado para que el nerviosismo regrese a la
parroquia céltica. La visita al Manzanares no parece la mejor oportunidad para
recuperar la tranquilidad, y es que allí espera el mejor Atlético de Madrid de
los últimos tiempos. Los de Diego Pablo Simeone son segundos en la
clasificación tras firmar un inicio de liga espléndido, en el que sólo las
derrotas ante Barcelona y Real Madrid han emborronado sus registros. Se trata
de un equipo ultracompetitivo, intenso, la viva imagen del carácter de su
entrenador y que cuenta con uno de los grandes depredadores del fútbol mundial.
Radamel Falcao, el “tigre”, es la gran amenaza de un conjunto intratable como
local, donde ha sumado ocho triunfos en otros tantos partidos.
Para asaltar el
Calderón, Herrera mezcla buenas y malas noticias. En el lado positivo, recupera
a Álex López, un futbolista fundamental en el esquema de juego celeste y que
estuvo ausente por lesión en los dos últimos encuentros. Por el contrario,
pierde a Roberto Lago, otro indiscutible, que cayó lesionado el pasado lunes
frente al Betis y será sustituido por Carlos Bellvís. De esta forma, y con el
alta del futbolista ferrolano, es posible que el técnico catalán abandone el
dibujo de los últimos encuentros y regrese al 4-2-3-1 habitual.
Así pues, el Celta
formaría con Javi Varas en portería y una línea de cuatro en defensa con Hugo
Mallo, Cabral, Túñez y Bellvís. Borja Oubiña y Álex López recuperarán el doble
pivote tipo, con Augusto Fernández y Michael Krohn-Dehli en las bandas. En
ataque, Mario Bermejo realizará labores de mediapunta, justo por detrás de un
Iago Aspas con ganas de repetir el majestuoso partido que realizó hace algo
menos de tres años en la ida de cuartos de final de la Copa del Rey de 2010 ante
el conjunto colchonero.
En frente, el mejor
Atlético que se recuerda desde el famoso Doblete. Los rojiblancos han
experimentado un cambio sideral desde la llegada de su actual entrenador, el “Cholo”
Simeone. Han pasado de ser una escuadra sin estilo ni estabilidad, acostumbrada
a las decepciones, a convertirse en un conjunto ganador, competitivo y capaz de
pelear por los títulos. Tras perder en el Camp Nou, los colchoneros llegan
heridos al choque. Tratarán de recuperar la senda del triunfo y mantener su
inmaculada racha en el Calderón, donde suman 24 puntos de 24 posibles. Falcao
es su principal arma, pero no se puede olvidar a otros futbolistas como Arda
Turan, Koke, Adrián, Gabi o los ex-célticos Mario Suárez y Diego Costa.
El brasileño Filipe
Luis es la única baja de los madrileños para el partido y finalmente Simeone no
apostará por dar la alternativa al canterano Manquillo en el flanco izquierdo
de la retaguardia, por lo que lo más natural sería que Cisma, quien apenas ha
contado con oportunidades, ocupase dicha demarcación. De esta manera, el
Atlético saldría de inicio con Courtois en portería y una defensa de cuatro con
Juanfran, Godín, Miranda y Domingo Cisma. Gabi y Mario Suárez ocuparán el
centro del campo con Koke y Arda Turan en las bandas. Arriba, acompañado por
Diego Costa, los zarpazos del temible Falcao.
Pérez Montero, del
colegio andaluz, dirigirá un choque entre dos conjuntos con objetivos
contrapuestos. Por un lado, los locales buscan un triunfo que les permita
cerrar un gran año de la mejor manera posible y los mantenga en el segundo
escalón de la clasificación, su gran meta a día de hoy habida cuenta de que la
distancia con el líder es muy notable. Mientras, el Celta también persigue ese
colofón final a unos 12 meses de ensueño que serviría distanciarse de la zona
de descenso. La victoria trampolín, aquella que lo catapulte al centro de la
tabla, se está resistiendo más de la cuenta. Conseguirla en el Calderón, donde
no hace mucho jugó en Copa del Rey uno de los mejores partidos que se recuerdan
en el último lustro, supondría una auténtica inyección de autoestima. No
obstante, no será tarea fácil. Nadie ha conseguido salir vivo de la jaula del "tigre" esta temporada. El Celta tratará de ser el primero en domesticar a la
bestia.


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