Naufragio lejos del puerto


LOF
El Celta dio ayer continuidad a su mala racha -tres derrotas consecutivas y una sola victoria en diez jornadas- en un encuentro en el que lució más poderío defensivo del que se le conoce pero careció de la capacidad ofensiva que se le supone.

El equipo vigués hizo algunas cosas bien, pero no las suficientes. Fue capaz de secar a Falcao y minimizar el número de ocasiones del Atlético, pero vivió tan lejos de la portería rival -de hecho, no tiró ni una sola vez entre los tres palos- que la victoria pareció siempre un premio inalcanzable. Cortocircuitó, sobre todo en la segunda parte, a los cerebros rojiblancos, pero a la vez su capacidad de creación quedó recudida a las apariciones de Álex. Aguantó el tipo durante casi ochenta minutos, pero no tuvo capacidad de reacción tras el gol de Adrián, un zurdazo a la escuadra del portal de Javi Varas que dio la razón a aquellos que creen que en fútbol la suerte va por rachas. La Diosa Fortuna o la fe en la victoria, que diría Paco Herrera.

PERDIDOS EN EL CALDERÓN
El Celta completó una primera parte para olvidar, sobre todo en lo que se refiere a su aportación ofensiva. Sólo apareció en ataque con servicios en profundidad de Álex López hacia Iago Aspas que éste no supo aprovechar. En defensa salió bien parado, pero el Atlético estuvo cerca de adelantarse en el marcador. Sobre todo en una acción que nació de una pérdida de balón de Oubiña y culminó con un remate al palo de Koke, completamente solo en la frontal del área.

DIEGO COSTA, NO FALCAO
La presencia de Falcao era la gran amenaza rojiblanca, pero tanto Cabral como Túñez, con la ayuda de Oubiña o Insa en ocasiones, supieron frenar al delantero colombiano. En cambio, el ex céltico Diego Costa aprovechó la atención puesta en su compañero para desequilibrar a la zaga celeste cayendo a una y otra banda.

EL MEJOR CELTA
Tras el paso por vestuarios se vio al mejor Celta. Ganó en intensidad en la presión y en tranquilidad con el balón. Vivió más tiempo en la parcela del Atlético, una forma mucho más eficiente de evitar las ocasiones de gol de los colchoneros. Simeone se vio obligado a mover su banquillo. En cierto modo, igual que Herrera, que sacó del campo a su mejor jugador en el Calderón, el reaparecido Álex López.


UNA APUESTA DEFENSIVA

Cuando parecía que Hugo Mallo, con una evidente cojera, iba a abandonar el terreno de juego, Herrera sorprendió dando entrada a Jonathan Vila por Natxo Insa. El Celta pasó a jugar con tres centrales y una defensa de cinco. Apuesta cuyo resultado quedó anulado por el gol de Adrián. El asturiano pescó un balón suelto en la frontal y conectó un espectacular zurdazo directo a la escuadra.

LA REACCIÓN QUE NO LLEGÓ
Faltó tiempo y, seguramente, convicción. El Celta fue incapaz de reaccionar tras el tanto del Atlético. Avanzó metros porque el equipo de Simeone se lo permitió, pero nunca puso en apuros a Courtois. De hecho, su mejor ocasión llegó en la falta que le costó la segunda amarilla y consiguiente expulsión a Miranda, pero Aspas resbaló cuando se disponía a chutar y envió el balón a las nubes.

LA TRISTE REALIDAD
El Celta se va de vacaciones con quince puntos en diecisiete jornadas de Liga. Ritmo suficiente para vivir fuera de la zona de descenso por el momento, pero que difícilmente lo será para salvarse de seguir así hasta final de curso. Lo dijo Paco Herrera en la previa: de caer en el Vicente Calderón ?como así fue?, los siguientes partidos, ante el Valladolid y el Espanyol, serán 'a vida o muerte'.

0 comments:

Publicar un comentario