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LOF |
El Celta entrevió el cielo entre los jirones de su borrasca. Jugó con seriedad en el Calderón, donde nadie ha conseguido puntuar. Se le aferró al cuello del Atlético en el arranque del segundo tiempo. Tuvo coraje y orgullo tras el gol rival, como ante el Betis. Pero no es capaz de culminar en el detalle lo que sí consigue en el trazo grueso. Adrián, en cambio, enhebró el hilo con un disparo que era más bien un error de ejecución. Al Celta, marcar o evitar que le marquen empieza a parecerle tan difícil como que un camello pase por el ojo de la aguja. Es una dinámica que le conduce a la angustia igual que si encajase las goleadas de otros. "Acabarán saliendo los resultados", se dice de los que merecen más. Suele suceder lo contrario. El esfuerzo sin premio conduce a la melancolía. Tal es el riesgo.
Sin juego largo
Herrera, buscando control, eliminó a Bermejo de la ecuación. Dejó al equipo sin el alivio del juego largo. La presión colchonera incomodó en la primera mitad y forzó despejes desnortados. También sobró cierta timidez. En la cuenta positiva, el orden y la solidaridad en el esfuerzo que distinguen a este equipo.
movimiento sin fortuna
Defiende bien el Celta en el relato continuo. Pero comete pecados de rango mortal. Sufre en los centros laterales. Y acostumbra a dejar una pieza enganchada en el fuera de juego. Los centrales tienden a seguir al delantero en vez de clavar la línea para neutralizarlo. Aspectos que ante el Atlético fue mejorando conforme avanzaba el choque hasta perfeccionar el blindaje. Olió Herrera el empate. Introdujo a Vila. No parecía mal movimiento pero incidió en apretar al equipo contra su frontal. Una situación peligrosa cuando enfrente está un rival en racha. Adrián es de esos delanteros que solo saben marcar golazos, como si despreciasen los tantos feos.
El bajón de Iago
Se le ha terminado a Iago la luna de miel con Primera División. Es un bajón lógico por el desgaste físico y mental, y el mayor conocimiento que le tienen los adversarios. Este sofoco también pasará. Pronto llegará la fase de estabilización, cuando trazará su perfil profesional definitivo. Entretanto compensa su alineación porque se mueve, trabaja e incordia al adversario. Pero no puede centrar y rematar,.
augusto escaso
Augusto, sin impacto ni velocidad, tiene dinámica. Sus virtudes aparecen en la relación constante con el balón, puntada a puntada. Al Celta le está costando demasiado involucrarlo en las últimas jornadas.
El Celta no parece en descomposición, como otros vecinos de zona clasificatoria. Tiene capacidad de reacción. Se tiene en pie. Posee un carácter concreto. Razones para creer en 2013.
Armando Álvarez / Faro de Vigo
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