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CARLOS PARDELLAS |
La polémica está servida. La veda se abrió hace una semana en el derbi gallego. Undiano Mallenco dejaba al Celta con un hombre menos durante casi toda la segunda mitad por la expulsión de Cabral. El argentino veía dos amarillas consecutivas. La segunda cartulina fue provocada en una acción muy similar a la que el colegiado navarro perdonó a Zé Castro. Esa inferioridad numérica provocó que los hombres de Paco Herrera no pudiesen luchar en igualdad de condiciones ante un Deportivo que arañó un punto de su visita a Balaídos.
El miércoles continuaba el capítulo de polémicas arbitrales. El Celta caía ante el Almería (2-0) tras acusar su mal juego en ambas áreas. Sin embargo, Hernández Hernández no señalaba un penalti sobre Quique de Lucas. El equipo vigués, en esos primeros 45 minutos, era superior a su oponente. Al final, la expulsión de Vila, justa, y los dos tantos de los discípulos de Javi Gracia ponen cuesta arriba la eliminatoria.
El Celta volvió a sufrir en el Camp Nou un error del colegiado. En esta ocasión el protagonista fue el asistente de Fernández Borbalán, que obvió un claro de fuera de juego de Jordi Alba. El campeón de la Eurocopa aprovechaba el error del juez de línea para regatear a Varas, meter el tercer tanto para su equipo y firmar la sentencia ante un conjunto vigués que estaba poniendo en serios aprietos al todopoderoso FC Barcelona.
El cuadro celeste no quiere poner excusas, pero estos tres errores –sobre todo ante Dépor y Barça- han lastrado al Celta en sus opciones de sacar un botín mayor.
Carlos I. Castrillón / Faro de Vigo
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