La permanencia es para los valientes


LALO R. VILLAR
Curiosamente, tras cinco largos años en el infierno, el Celta volvió a mostrarse como un  equipo muy competitivo en la categoría de plata cuando decidió ser valiente. Cuando decidió apostar por gente de la casa, en su mayoría sin experiencia en la categoría, y por un fútbol asociativo que muchos catalogaron de suicidio en una división tan dura.

A su vuelta a Primera, la idea fue clara: el estilo no se toca. Y eso ha hecho Paco Herrera (a medias).  En la práctica totalidad de los partidos como locales, el Celta apostó por llevar la iniciativa, jugando de la única forma que sabe. 

Fuera de casa las cosas no parecen tan claras. A menudo, Herrera ha apostado por el trivote y la búsqueda de otras soluciones más “efectivas”. Sin embargo, en el partido quizás menos propicio para mantener el esquema habitual, el del Camp Nou, Herrera decidió hacerlo así, y el resultado fue el mejor encuentro como visitante de la temporada y quedarse a las puertas de noquear al todopoderoso Barcelona. Curioso. Aquel día el Celta salió derrotado, pero seguro que las sensaciones de la mayoría de los celtistas fueron bien distintas a las posteriores a las derrotas en Anoeta, Mestalla, Vallecas o, incluso, el Bernabéu.

Es por ello que, volviendo al partido de este fin de semana y para seguir enredando con el tema de la sustitución de Aspas, me pregunto ¿hasta qué punto era necesario? Herrera dijo: “No quería correr el riesgo de volver a quedarme con 10”. Y vosotros, ¿qué hubieseis preferido, no ganar con 10 pero quedándose con la sensación de haber ido a por el partido, o empatar 11 contra 11 con el feeling de que podríamos haber sacado los tres puntos?

Obviamente, es demasiado fácil hablar a posteriori. Pero la valentía nos devolvió a Primera, ¿por qué no pensar que también debe ser ella quien nos consolide en la categoría?

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