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EFE |
El fino regate de Augusto Fernández, el último pase de Michael Krohn-Dehli, el centro del argentino, la conducción del danés. Razones que llevaron al Celta a contratar sus servicios el pasado verano.
Pero no son, ni mucho menos, sus únicas cualidades. Uno y otro se han destapado como dos obreros del fútbol que no rehúyen del trabajo que beneficia al colectivo. Quizás por ello el cuerpo técnico que encabeza Paco Herrera ha ideado una nueva variante táctica, estrenada desde el primer minuto en el partido del fin de semana pasado ante el Barça en el Camp Nou, que acerca a Augusto y Krohn-Dehli a Borja Oubiña y les obliga a llevar a cabo, por lo tanto, un despliegue físico superior para alcanzar una posición más avanzada en ataque.
El técnico celeste, satisfecho con el modo en que sus pupilos desarrollaron el sistema que de algún modo empleó ya en el derbi ante el Deportivo –tras la expulsión de Cabral–, aseguró el domingo que volverá a recurrir a esa idea y tanto Augusto como Krohn-Dehli están dispuestos a hacer un sacrificio por el bien del grupo. 'Si hay algo que hago yo –declara el argentino– es sumar para el equipo y adaptarme a lo que requiere cada partido. Hablé con el técnico y le manifesté que puedo cumplir esa función porque me tomo con la misma responsabilidad atacar que defender. Cuando no tengo el balón, intento darlo todo. Y si bien estoy más lejos del área rival, lo puedo hacer perfectamente mientras le sirva al equipo y al planteamiento táctico del míster. El Celta y el grupo están por encima de los nombres. Si tengo que jugar ahí, lo haré con gusto', señaló el internacional con la 'albiceleste' tras la sesión matinal de ayer en A Madroa.
Por su parte, el danés explica que todo futbolista debe adaptarse a lo que le pide el técnico. 'El entrenador nos colocó en una posición diferente y creo que funcionó bien. Tienes que estar preparado y ser lo suficientemente listo para jugar donde el técnico quiere que lo haga', apunta, antes de matizar que su posición en el campo depende también de lo que haga el rival. 'Al jugar más retrasado, hay un largo camino hacia la portería contraria, aunque contra el Real Madrid en teoría también tenía que haber jugado más caído a la izquierda, pero ellos presionaron tanto que acabamos metidos atrás', indicó.
En la misma línea se expresó Augusto Fernández a la hora de analizar la exigencia del nuevo dibujo. 'Requiere mucho de la parte física, pero también es cierto que el Barcelona suele tener mucha posesión y te va metiendo atrás. Si conseguimos tener la posesión nosotros, el arco me quedará más cerca. Es cuestión de trabajarlo y siento que me puedo adaptar', valoró.
Con esta nueva variante, el Celta gana capacidad para sorprender a su adversario y, también, para adaptarse a lo que exige cada encuentro, tal y como explica Ángel Rodríguez, el segundo entrenador de Paco Herrera. 'El objetivo es tener más riqueza en cuanto a sistemas, la posibilidad de poder jugar con un 4-2-3-1 o un 4-3-2-1. La idea es alternar sistemas ante las diversidades que nos pueda ofrecer el contrario y que el equipo pueda utilizar varias alternativas y eso haga que sea más complicado para el rival saber cómo vamos a jugar', analiza el preparador.
El esquema estrenado en el Camp Nou acerca a los extremos al pivote defensivo, por lo general Borja Oubiña, y hace que Álex López adelante unos metros su posición, con lo cual el ferrolano puede sacar más partido a su capacidad para llegar al área contraria, tal y como demostró en la acción del empate contra el Barcelona, en la que Mario Bermejo marca tras recoger un rechace de Víctor Valdés a disparo del ferrolano. 'En algunos sistemas hay jugadores que pueden destacar un poco más por su forma de jugar, jugadores que de una determinada manera tienen más posibilidades de atacar, aunque a nadie se le libera de su trabajo defensivo', explica Ángel Rodríguez. 'Es un sistema con el que creo que se puede manejar el equipo, podemos sacar muchos beneficios de esta manera de jugar y hay jugadores que se pueden adaptar perfectamente', añade el técnico.
Mientras, tanto Augusto como Krohn-Dehli inciden en su disponibilidad para actuar en el puesto en que así lo requiera Herrera. 'Me encuentro bien jugando en cualquier lugar en el que me sitúe el entrenador, tienes que estar preparado para ello. De todas formas, no he hablado con él sobre ello y no sé qué hará en los próximos', señaló ayer el internacional danés.
'Esto no es Augusto, sino el Celta, el equipo. Si al grupo le viene bien que juegue más retrasado, lo voy a hacer poniendo la misma entrega, la misma garra para recuperar el balón. Luego, sé que el míster me da la libertad para llegar sin balón al área, para atacar. Aunque el tramo es más largo, siento que lo puedo hacer', dijo el argentino.
Hoy por hoy, la incógnita será saber si el Celta apostará por esta idea sólo fuera de casa o ante rivales de la parte alta de la tabla, que a priori tendrán más posesión de balón, o si también la empleará en encuentros en los que el protagonismo con el esférico sea eminentemente suyo. Sea como fuere, Ángel Rodríguez, como Herrera, considera que la fórmula puede resultar efectiva más allá del sacrificio que conlleva para Augusto y Krohn-Dehli. 'El tema físico es un poco menor porque al final dependemos de noventa minutos de trabajo en los que los jugadores se tienen que desempeñar al cien por cien sea cual sea el sistema que se utilice', remacha el preparador.
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