La última locura


VERÓNICA MARTÍNEZ

La vida es un largo y duro camino que comprende muchísimos caminos, quedando algunos de ellos ocultos para siempre. Por eso, muchísimos de nosotros hemos hecho, haremos o estamos haciendo lo que se conoce como locuras juveniles. 

Esas locuras que realizas junto con tus amigos, en verano, y normalmente para impresionar a una chica que te encanta, o que realizas a solas para a ver que sucede. Cosas que no tienen ningún sentido, que incluso son peligrosas, pero hay un instinto dentro de tí que te obliga a hacerlo; sabes que dentro de un tiempo ya no podrás hacerlo, ya que el tiempo para hacer esas locuras se acabó.

El Celta como tal, está lleno de jovencitos. Y esos jóvenes han hecho cosas maravillosas, pero han recibido durísimos varapalos. Los Mallo, Aspas, Túñez o Álex han soñado desde siempre con destacar en el fútbol, y para eso han tenido que hacer muchísimas locuras; seguro que sí. Seguro que más de un integrante del actual Celta, como yo o como muchos otros, hizo novillos en la escuela mientras jugaba plácidamente a fútbol con otros compañeros. Seguro que más de una vez algún versión en miniatura de algún jugador del Celta chilló y aplaudió a alguno de sus fans, intentando abrazarlo de cualquier manera posible. 

Pero lejos del fútbol, seguro que los jugadores del Celta, como personas que son, se han tirado al mar desde una gran altura, o han tenido el tan esperado primer beso.

Esos tiempos tan majos para muchos de ellos ya pasó. Se acabó el tiempo de hacer locuras, de pensar con el corazón y de guiarse por la fe, por el instinto. Ahora muchos de ellos son mayores... o lo aparentan.

Cómo las típicas reuniones de instituto 20 años después, donde ves viejos amigos, espero que mañana nuestros jóvenes se reencuentren con esos chiquillos tan locos que hacían de todo sin miedo, y con mucho coraje. Porque quizás dentro de unos años el Celta vuelva a establecerse en la élite, y ahí ya seremos un equipo maduro. 

Pero, para hacernos maduros, necesitamos una última locura juvenil, necesitamos una despedida a todas esas gamberradas típicas de adolescente, de esas rabietas de niño, necesitamos despedir por todo lo alto esos momentos. Necesitamos despedir la locura de poner a un canterano para que nos salve de Segunda División B, o de despedir la locura de creer que un jugador que se ha lesionado tantas veces volvería por todo lo alto.

Por los jóvenes, por las gamberradas y por las locuras que hemos hecho a lo largo de todos estos años, necesitamos la despedida; nuestra última locura: Asaltar el Bernabéu.

0 comentarios:

Publicar un comentario