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ALBERTO LIJÓ |
El Celta se ha impuesto una regla de oro para esta temporada: acabar los partidos con once jugadores sobre el césped. El técnico, Paco Herrera, considera que el camino de la permanencia en Primera División pasa, en buena medida, por cumplir con esta norma a pie juntillas y ha dado instrucciones muy precisas a sus jugadores para pongan sus cinco sentidos en evitar ser expulsados. "Las instrucciones son muy claras y están siempre relacionadas con las tarjetas rojas. Insistimos muchísimo en que tenemos que acabar once. Con diez, los partidos, cambian, son otros y no los puedes controlar. Y más aún en Primera División", explica Herrera, que concede una enorme importancia al cumplimiento de esta norma. "Si somos un equipo que pretende conseguir la salvación, sin otro objetivo, está claro que cada partido que juguemos diez lo vamos a tener muy difícil. Por lo tanto, es una de nuestras reglas de oro", destaca.
La preocupación del entrenador del Celta es evidente, hasta el punto de que el técnico ha condicionado los cambios en función de los futbolistas que tenía amonestados. "Casi siempre que tenemos una tarjeta amarilla y estamos en un partido complicado cambiamos al jugador amonestado. Recientemente lo hemos hecho con Augusto [Fernández] y con Álex [López]", revela.
La instrucción de evitar tarjetas rojas ya proporcionó al Celta excelentes réditos el pasado curso y fue uno de los condicionantes del ascenso directo del equipo vigués. El Celta fue, de hecho, el conjunto de Segunda División que menos expulsiones recibió la pasada campaña. Tanto fue así que en los 42 partidos de Liga disputados los célticos recibieron apenas dos expulsiones. Curiosamente, ambas se produjeron en el mismo partido, frente al Xerez en Balaídos, en el que el Celta dio un paso decisivo hacia el ascenso con una histórica remontada en inferioridad.
El portero Sergio Álvarez recibió la roja directa por derribar en el área a Mendoza en el minuto seis de juego y Hugo Mallo vio, de forma absurda, la segunda tarjeta amarilla casi con el tiempo cumplido. Pese a que el Celta goleó en aquel partido al Xerez (4-1), Paco Herrera criticó con dureza al lateral marinense por dejarse expulsar de forma infantil y perderse el siguiente compromiso liguero.
En comparación con la campaña anterior, en la que el equipo celeste se quedó a las puertas del ascenso, la pasada temporada fue histórica en el aspecto disciplinario. Dos tarjetas rojas frente a las doce sufridas en el curso precedente: cuatro Roberto Lago, dos Iago Aspas, una Trashorras, una Murillo, una Mateo, una López Garai, una Hugo Mallo y una Falcón.
Resultan especialmente significativo el caso de Iago Aspas, al que en el pasado perdía su exceso de carácter. Hace dos campañas fue expulsado en dos ocasiones veces por protestar o hacer aspavientos y recibió cuatro tarjetas amarillas. El pasado curso recibió siete amonestaciones y solo se perdió un partido por sanción.
El Buen buen comportamiento del Celta en el aspecto disciplinario sigue vigente este curso. Al menos por el momento. El cuerpo técnico ha pedido a los jugadores que extremen las precauciones en una temporada en la que se está viendo a los colegiados especialmente intransigentes con las protestas y en la que el nuevo competición está imponiendo sanciones ejemplares.
Después de siete partidos de Liga, el Celta no ha recibido ninguna expulsión y es el tercer equipo menos amonestado del campeonato, con 16 tarjetas amarillas, las mismas que el Real Madrid. Le superan apenas en este aspecto el Barcelona, con 12 amonestaciones y el Deportivo, con 15.
Se da la curiosa circunstancia de que el único miembro de la plantilla celeste que ha sido expulsado hasta la fecha ha sido el propio Paco Herrera, doblemente amonestado por Teixeira Vitienes en el partido de la quinta jornada frente al Getafe en Balaídos. Tras el choque Herrera, que no pudo dirigir al equipo en el siguiente choque en Granada, pidió perdón al colegiado no sin antes confesar su perplejidad por la expulsión. Como multa, el técnico tendrá que invitar a comer a la plantilla. "No he dado ejemplo y ahora me toca pagar", sentencia.
Julio Bernardo / Faro de Vigo
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