Grandes goleadores del Celta: (VI) Mauro


Arrancamos una serie de entradas en las que repasaremos a los grandes goleadores celestes de la historia. Un repaso que arranca con Ramón Polo y concluye con el gran goleador de nuestros tiempos: Iago Aspas. Durante el mismo, apoyándonos en la inestimable ayuda de Alberto Fernández, un auténtico genio de las estadísticas relacionadas con el Celta, repasaremos los datos de los grandes "9" que ha tenido el conjunto celeste a lo largo de sus casi 90 años de historia.

Otro de los grandes goleadores de los años cincuenta, junto a Hermidita, fue un vigués. Mauro Rodríguez Cuesta, nació en Vigo el 15 de enero (día de San Mauro) de 1932.

Comenzó jugando en equipos pequeños de la ciudad pero rápidamente destacó y el Celta se fijó en él.
Impecablemente peinado, llenando mucho campo y jugando de volante antes de hacerse delantero. Con dieciocho años se marchó cedido a la Ponferradina y Luego al Avilés, donde consiguió el Trofeo Pichichi de Segunda División; y ya no hubo nada más que esperar: regresó a Vigo para proseguir el camino del gol que habían trazado Nolete, Pahiño y Hermidita.

Debutó en el primer equipo el 27 de septiembre de 1953 con 21 años en la victoria del Celta frente al Deportivo de A Coruña por 3-1, aunque en este que primer año su participación fue limitada. Jugó 6 partidos marcando 2 goles frente al Osasuna. En los años siguientes Mauro se convirtió en habitual de las alineaciones y el referente en la punta del ataque.

Comparte vestuario con jugadores míticos en la historia del Celta como Quinocho, Villar, Gaitos, Lolín, Torres o el argentino “Che” Gutiérrez. En la temporada 1954-55 jugaría 25 partidos anotando 12 goles.
Avanzada la liga, el Celta amplia por cuatro temporadas mas el contrato de Mauro. En la penúltima jornada en Balaidos, frente al Valencia (2-1), el Celta se libraba de la promoción con un gol de Mauro.

De estilo un tanto tosco para los refinados analistas, pero valiente, impetuoso y muy noble, aquel humilde delantero del equipo más humilde de la Liga protagonizó en la temporada 55/56 una hazaña inolvidable al ganar (o perder, o empatar; no lo sé) el título de máximo goleador de la Primera División con veintitrés goles; uno más (o uno menos, o el mismo número; tampoco lo sé) que Alfredo Di Stéfano.

Nadie ha podido aclarar aquella situación. Unos dicen que a Mauro le sacaron un gol que había marcado para atribuírsele a un defensa en propia meta. Otros dicen que a Di Stéfano le regalaron un gol que jamás había marcado. La controversia tuvo una gran repercusión en el ámbito nacional, y los clamores de justicia se oyeron incluso en las altas esferas políticas. Al final, el desenlace fue el esperado por todos, vencedor: Di Stéfano.

El verano de la temporada siguiente, Sporting de Lisboa y Oviedo se interesan por Mauro. El Celta pone un precio de un millón de pesetas, y los candidatos no llegan ya siquiera a negociar. Mauro jugó con el Celta 107 partidos y convirtió la impresionante cifra de 59 goles en tan solo 5 temporadas en Primera División, lo que da como resultado una media de 0´64 goles por partido, o lo que es mas o menos lo mismo 2 goles cada 3 encuentros, en resumen, una barbaridad.

Al final de la temporada 1957-58, Mauro fue traspasado al Zaragoza. Su traspaso junto con el de otros compañeros debilitaron al equipo que descendería a segunda división. En el Real Zaragoza jugaría Mauro dos temporadas mas en primera división.

Mauro fue un grande del Celta, uno de esos hombres que lo dan todo por amor a unos colores, un hombre de la casa que sentía la camiseta celeste coma nadie y que dejaba el alma en cada partido, en cada balón, en cada jugada.


Mauro (70 goles) 0,59 goles por partido

Estadísticas: Alberto Fernández

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