El auténtico Peter Pan


Foto: AFP


Finalizado el encuentro del viernes, Quique De Lucas comentaba en sala de prensa las ganas de crecer del Celta. “Estamos demostrando ser competitivos en casa y ahora nos queda serlo fuera. No vamos a tener miedo a nadie. No queremos tener el síndrome de Peter Pan, queremos crecer” afirmaba el futbolista catalán. Una declaración ambiciosa donde las haya, fruto de la confianza que generan los resultados y especialmente el buen juego. Está claro que este Celta no quiere estancarse, sino madurar y seguir quemando etapas en este retorno a Primera División.
    
Pero el que sí parece negarse a crecer es el propio Quique De Lucas. El de l´Hospitalet, con sus 34 primaveras a cuestas, sigue regalando sonrisas a la hinchada celeste. El hombre cuya llegada supuso el cambio de rumbo de un Celta que navegaba hacia ningún sitio, mantiene en la élite su cuota de importancia en el equipo. Aunque con un protagonismo menor que en anteriores temporadas, De Lucas continúa siendo un hombre importante para el conjunto de Paco Herrera. En este inicio de campaña, y pese a haber disputado tan sólo 193 minutos, el atacante céltico suma ya dos dianas, unas cifras goleadoras únicamente inferiores a las de Iago Aspas.
    
Las lesiones y los fichajes han reducido su participación. Sólo ha jugado cuatro encuentros hasta el momento, siendo titular en dos de ellos –Málaga y Real Sociedad-. Herrera, consciente de que la edad le impide disputar a pleno rendimiento un curso completo, lo ha reconvertido a funciones de delantero para reducirle carga defensiva y dosificarlo más. De Lucas sabe que este año no va a gozar de los minutos de antaño, pero parece haber asumido su rol con naturalidad. Cuando le toque, aportará su dosis de calidad y a buen seguro que terminará siendo decisivo como ante el Sevilla. El auténtico Peter Pan dará guerra hasta el final.

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