CHAMPY |
Mientras la temporada pasada las entradas se agotaron con varios días de antelación, ahora con el retorno a Primera de ambos equipos las taquillas viven demasiada tranquilidad a falta de cinco días para el derbi en Balaídos. La expectación creada en torno al partido se siente menor, a expensas de que pasada la visita al Bernabéu pueda ir creciendo cuando falte menos para el encuentro.
Queda más de la mitad del papel por venderse del que salió a la venta, sin contar el número de abonados que tengan que retirar su suplemento y lo hayan hecho o no. Cuando escribo esta nota, faltaban más de 3.300 entradas disponibles, siendo especialmente sangrante que la grada más barata como es Gol aglutine más de mil localidades sin cubrirse.
En el lado pesimista quedaría aún por añadirle las entradas que queden libres tras agotarse el plazo de reserva para los abonados que no compren su suplemento. Desde luego los precios no ayudan, con entradas de sesenta a noventa euros. Esto hace que la demanda no sea la prevista por todos y obliga al club a estar haciendo llamamientos desde la semana pasada.
Seamos positivos, esperemos que el Real Madrid-Celta haya eclipsado el derbi durante esta semana y en los próximos días el celtismo busque su traje de clásico. Una entrada de 25.000 celtistas seguiría siendo excelente, sin duda, y el ambiente extraordinaria estará asegurado. A ver si el arreón final de última hora hace que la falta de papel llegue o por lo menos se acerque.
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