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EFE |
El Celta cayó ayer en Mestalla dejando una sensación contradictoria, parecida a la del día que perdió en Anoeta ante la Real Sociedad. En ambos compromisos, el conjunto vigués tuvo fases brillantes de juego pero careció de continuidad y pagó un alto precio por los errores defensivos. Eso es lo que diferencia a la Primera División del resto de categorías: los de Pellegrino llegaron con claridad en tres ocasiones a las inmediaciones de la portería de Javi Varas y anotaron dos goles. Los célticos, en cambio, desperdiciaron varias acciones peligrosas, especialmente dos que Aspas envió fuera.
Contención en la medular
Herrera acertó en el planteamiento inicial. Para ahogar la zona de creación del Valencia, apostó por tres centrocampistas de contención: Oubiña, Alex e Insa. El alicantino ocupó el puesto que en principio parecía reservado a De Lucas. Insa volvía por la puerta grande al estadio del equipo con el que debutó en Primera División. Con Augusto y Krohn-Dehli por las bandas, Aspas se situó en punta. La movilidad de los célticos y la presión sobre la salida del balón del Valencia le dio dominio del juego.
Contracorriente
El partido, sin embargo, comenzó con una ventaja inesperada en el marcador del Valencia. Un desajuste defensivo permitió a Feghouli marcar a los cuatro minutos. Pero este Celta posee carácter, a pesar de la bisoñez de cinco de los seis canteranos que entraron de nuevo en el once. Le robó el balón al rival y lo maniató en su campo. Así, en la primera mitad, los célticos lanzaron ocho saques de esquina. De uno de ellos surgió el empate.
Estreno de cabral
El defensa argentino del Celta se había estrenado como goleador en un amistoso ante el Gil Vicente. Ayer, Gustavo Cabral regresaba a la ciudad de Valencia y al estadio donde había disputado dos derbis con el Levante. Estaba motivado el zaguero, que tras un centro de Roberto Lago al segundo palo peleó el balón a Cissokho, cuando parecía que se perdía por la línea de fondo. Remató como pudo y el balón se fue a la portería, donde Krohn-Dehli llegó para remacharlo.
Carácter
El Celta demostraba ante uno de los grandes que rezuma calidad y carácter para ganarse la permanencia, aunque volvía a carecer de pegada para rematar a un rival que no encontraba vías para buscar otro gol. Todo parecía controlado por los célticos, a pesar de los apuros que pasó poco antes del descanso.
Lagunas de concentración
La segunda parte comenzó como la primera, con otro fallo defensivo, aprovechado por Cissokho, que condenó al Celta a sumar su tercera derrota de la temporada. Otra laguna en la concentración que los de Herrera pagaban muy cara.
Cambios sin efecto
Buscó entonces el técnico extremeño soluciones en el banquillo. De Lucas, Bermejo y Park entraron por Insa, Augusto y Aspas. La sustitución del moañés causó sorpresa porque era el que más inquietaba a la zaga del Valencia. El Celta no mejoró. Los cambios no surtieron el efecto deseado y el Celta se fue de Mestalla con la misma sensación que de Anoeta. Le faltó consistencia.
Jaime Conde / Faro de Vigo
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