El fútbol, ese deporte tan cruel y a veces tan carente de
lógica, acostumbra a encontrar la justicia en el largo plazo, con el paso del
tiempo. Siempre concede una revancha, un desquite una segunda oportunidad con
la que borrar un mal recuerdo pretérito. Se aprovecha o no, pero la posibilidad
suele estar ahí. Casi 15 meses después de uno de los encuentros más
apasionantes, impredecibles, agónicos y tristes que pueda recordar el
aficionado céltico, la hora de la revancha ha llegado. El escenario, aquel infierno
que ahogó los sueños gestados durante tres infaustas temporadas, espera la
visita celeste. El rival, convertido en enemigo de la noche a la mañana más por
las formas que por el desenlace de aquella historia, aguarda al otro lado de la
medular. Los Cármenes y el Granada vuelven a cruzarse en el camino del Celta.
Un Celta cuyo objetivo primordial es sumar 3 puntos que permitan continuar con
su ascensión ante un rival directo. Sin embargo, resulta difícil, casi imposible,
olvidar lo ocurrido el 11 de junio de 2011. En la mente de todos estarán los
sucesos acontecidos aquella noche. Hay ganas de cerrar una herida, de
reconciliarse con el pasado. Hay ganas de revancha.
Herrera ha
preparado el asalto a Los Cármenes con una duda general: Park o el trivote. De
la valentía del técnico catalán dependerá la elección. El coreano ofrecerá
mayor consistencia en la delantera, incrementará el caudal ofensivo de un Celta
con argumentos como para someter al Granada. Sin embargo, la presión ambiental
y sobre todo las necesidades locales quizás inviten a ser un poco más cautos.
Un trivote con Natxo Insa en uno de sus vértices concedería a los vigueses
mayor control del esférico y, por ende, del partido. Todo depende de la apuesta
inicial de los célticos, aunque visto lo visto en las últimas salidas y tras
probar con él en el entrenamiento del pasado jueves, parece que la opción del
trivote cuenta con más posibilidades. Se resolverá a última hora.
Por lo demás, el
once celeste está definido. Javi Varas formará en portería con una línea
defensiva compuesta por Hugo Mallo, Cabral, Túñez y Roberto Lago. Si finalmente
Herrera se decanta por salir de inicio con tres centrocampistas, Natxo Insa
acompañaría a los inamovibles Borja Oubiña y Álex López. Por delante, Augusto y
Krohn-Dehli son fijos en las bandas, mientras que Iago Aspas –quien apunta de
nuevo a centro de las iras de la afición local- será la referencia ofensiva.
Fuera de la lista de convocados se han quedado los habituales Dani Abalo,
Samuel y Joan Tomás, además de De Lucas, quien arrastraba pequeñas molestias.
Finalmente, Toni sí ha viajado a tierras andaluzas.
Mientras, en
Granada, el partido está adquiriendo tintes de final. Lo ocurrido en el pasado
no parece tan presente como en el caso céltico. Preocupa más la situación
actual, con el equipo en puestos de descenso tras sumar 2 puntos de 15
posibles. El calendario inicial ha mermado notablemente a un equipo construido para
alcanzar la salvación sin excesivos apuros. Orellana, pieza vital del ascenso
celeste, espera a sus compañeros al otro lado del campo. Será el principal
peligro de un Granada al que no le vale otra cosa que no sea la victoria.
Anquela habla claro: “Necesitamos los puntos ya”.
Y para
conseguirlos, el técnico andaluz repetirá el once que a punto estuvo de dar la
sorpresa en el Camp Nou. Toño estará en portería con una defensa formada por
Nyom, Borja Gómez, Íñigo López y Siqueira en defensa. El ex-céltico Iriney y
Mikel Rico ocuparán el doble pivote con Orellana, Torje y Brahimi como
mediapuntas. Arriba, como hombre más adelantado, un Floro Flores que finalmente
se ha recuperado de sus molestias.
Velasco Carballo,
que finalmente no se reencontrará con De Lucas tras lo ocurrido el curso pasado
en Cornellà, dirigirá un choque marcado claramente por el pasado reciente.
Cierto es, como repitieron una y otra vez los futbolistas celestes esta semana
en sala de prensa, que lo único realmente importante es el presente y sumar 3
importantes puntos de cara a la permanencia. Pero también parece evidente que resulta
inevitable olvidar. Muchas cosas pasaron aquella infausta noche de junio como
para guardarlas en el saco de la historia. Dentro de unos términos
estrictamente deportivos, el Celta buscará una venganza por la que lleva algo
más de un año queriendo cobrar. Hay cuentas pendientes con el Granada y a los
celestes les llega el turno de saldarlas en parte. Michu, indudable
protagonista de ese duelo, ya cerró su herida el curso pasado. Es hora de que
el Celta y los celtistas hagan lo propio. El fútbol siempre concede una segunda
oportunidad.


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