Herrera continúa en la búsqueda y captura de un sistema de juego que le convenza y parece que poco a poco va aclarando sus ideas. La posición de Álex López, el eje a partir del cual se mueve el equipo, parece el principal interrogante, y a partir de ahí las distintas interpretaciones acerca del sistema de juego. El 4-4-2 y el 4-2-3-1 son los dos esquemas que están en la cabeza del técnico barcelonés y, por lo visto hasta ahora, parece propicio a alternarlos según las circunstancias.
La mala experiencia de Anoeta, donde el Celta fue dominado durante muchas fases del partido por su rival, parece haber convencido a Herrera acerca de la utilización del trivote para los partidos a domicilio. Esta fue una idea que ya empleó a finales del curso pasado con excelentes resultados ante Sabadell, Guadalajara y Nástic. En dichos encuentros, exceptuando la inexplicable segunda mitad de Tarragona, los celestes se mostraron como un equipo compacto, dominador y con mucha movilidad entrelíneas.
Con Oubiña como pivote y Natxo Insa como enlace, Álex López goza de mayor libertad para sumarse al ataque y combinar con los hombres de arriba. Un sistema que tiene validez gracias al futbolista alicantino, con capacidad para el trabajo defensivo, pero a la vez criterio con el esférico en los pies. No así con Bustos, un jugador eminentemente de contención, con tendencia al juego horizontal y que implica la caída del ferrolano a un costado.
En Mestalla, Paco Herrera apostó con buen criterio por el trivote. El porqué radicaba en el marcado carácter ofensivo del doble pivote valencianista formado por Parejo y Tino Costa. El Celta consiguió poblar el centro del campo, elevar la línea de presión y arrebatar el esférico al Valencia. Una vez conseguido, movió a su antojo haciendo correr a la medular ché, una tarea para la que ese tipo de futbolistas no están diseñados. El resultado: los vigueses marcaron el ritmo del partido durante la primera mitad. En el segundo tiempo, la mayor intensidad defensiva local y sobre todo la salida del campo de Natxo Insa restaron dominio al Celta, quien siguió metido en el partido pero sin el control de antes.
Fuera de casa, y especialmente en escenarios como el de pasado sábado, e incluso en Balaídos frente equipos de marcado carácter ofensivo –véase el Barcelona-, no sería de extrañar que Herrera recurriese de nuevo al trivote. El resultado no ha acompañado, pero las sensaciones han sido positivas. Parece que Herrera ha encontrado una alternativa al que se supone que será el esquema-tipo de esta temporada: el 4-4-2.
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