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Foto: as.com |
La derrota del pasado sábado ante el Málaga ha servido para prolongar un año más una maldición que ya dura siete temporadas. El Celta es incapaz de conseguir una victoria en su debut liguero en Balaídos. Desde aquella tarde de agosto de 2005 en la que los goles de Gustavo López y Fernando Baiano sentenciaron al conjunto malacitano, los vigueses no conocen el triunfo en su estreno en casa en la competición de la regularidad. El bagaje es terrorífico: seis derrotas y un empate. Menos mal que esto no es como empieza.
En la temporada
2006-2007 y bajo las órdenes de Fernando Vázquez, el Celta cayó derrotado en la
jornada inaugural por 2-3 ante el F.C. Barcelona de Frank Rijkaard. Baiano
abrió el marcador al filo del descanso, pero Etoo y Messi le dieron la vuelta
en la reanudación. El tanto de Gustavo López a poco del final parecía asegurar
el empate, pero una volea de Gudjohnsen, precedida de una clara falta sobre
Ángel, dio el triunfo al por aquel entonces vigente campeón de Europa. El Celta
terminaría esa temporada en 18ª posición y consumiría su descenso a Segunda.
Ya en la categoría
de plata, el Córdoba amargó el estreno del Celta de Stoichkov en el primer año
en el infierno. Un postrero gol de Arthuro equilibró el tanto inicial de
Canobbio. Fue el inicio de una temporada nefasta que terminó con el equipo en
la zona baja de la tabla. Algo similar a lo acontecido al año siguiente, donde
el debut de los de Pepe Murcia en Balaídos terminó en derrota ante el Girona
gracias al tanto de Durán tras un monumental error defensivo. Iago Aspas
salvaría al equipo del descenso en las últimas jornadas con dos dianas vitales
ante el Alavés. Y en la 2009-2010, ya con Eusebio en el banco, las cosas se
mantuvieron igual: primer partido en Balaídos, derrota por 1-2 frente al
Numancia. El tanto de Íñigo Vélez y una maravilla de Dimas hicieron inútil el
golazo de Trashorras en el estreno en casa de un equipo que, una vez más,
volvería a pelear por no bajar.
Un año más tarde,
Paco Herrera llega al banquillo vigués y las costumbres no cambian. El Barça B
se lleva el primer partido de la temporada por 1-2 con goles de Nolito y
Jonathan Soriano. David Rodríguez sería el goleador ese día de un conjunto que
por fin peleó el ascenso. Un ascenso que llegaría al año siguiente, pero que se
gestó también con un tropiezo en el primer compromiso liguero en Balaídos. Tras
la suspensión de la primera jornada frente al Girona, el Elche sacó petróleo
del coliseo vigués con los goles de Ángel y Pelegrín, que invalidaron el tanto
de David Rodríguez.
Ya de vuelta a
primera, el Málaga volvió a llevarse los tres puntos en el estreno liguero en
Balaídos. El gol de Fabrice sentenció a un buen Celta que no encontró el camino
del gol a pesar de la multitud de ocasiones de las que dispuso.
Con esta son ya
siete las veces que el equipo olívico no ha logrado vencer en su primer partido
de liga en casa. Un factor no influyente en el porvenir de la temporada, pero
que resulta cuanto menos curioso. Además, varios de esos tropiezos se han
fraguado en los últimos minutos del choque (Barça, Córdoba, Elche y Málaga).
Sin duda una auténtica maldición que veremos si se repite la temporada que
viene. Aunque, por otra parte, mientras se siga produciendo con el equipo en Primera, pues
bienvenida sea.
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