En el mes de enero de 2008 llegaba a Vigo un argentino procedente de México que debía reforzar el centro del camnpo de un Celta que fracasaba en su intentona de regresar a la Primera División. Se trataba de Ariel Rosada, un mediocentro que estaba a punto de cumplir la treintena y cuyo mayor aval era su enorme parecido con el cantante de Maná. Su desembarco en Balaídos no fue el deseado. El argentino llegaba pasadísimo de forma y pagando las consecuencias de las diferentes modalidades de temporada entre continentes. En América le temporada va paralela al año natural, mientras que en Europa es de julio a junio.
Así pues su primera media temporada fue para olvidar, pero no así la segunda, donde comenzó a destacar hasta el punto de ganarse el cariño de una gran parte de la afición, que le añoró en su despedida. Ariel Rosada se hizo con un hueco en el once inicial sion que nadie pudiese apartarlo de ahí hasta el final de la temporada. Disputó 37 partidos, por los 12 de la pasada temporada, e incluso llegó a anotar un gol. Después de una larga carrera en Boca Juniors, Az Alkmaar, Chacarita Juniors, Newell's Old Boys y Deportivo Touloca, había realizado un gran curso en el Celta después de parar en verano y realizar una pretemporada en condiciones.
Sin embargo, su estancia en Vigo sería breve, apenas un año y medio, ya que el final de la segunda temporada solicitó a la directiva que le dejasen regresar a su país por cuestiones familiares. Desde entonces ha jugado en Boca JUniors, Banfield y Olimpo de Bahía Blanca, último club que defendió, militando en la Primera B Nacional. A día de hoy está sin equipo, esperando ofertas para continuar su carrera o colgar las botas defintivamente. Seguro que al bueno de Rosada aún le queda mucho fútbol en los borceguíes.
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