“Mamá, quítame esta
insignia, no puedo usarla nunca más. Está oscuro, demasiado oscuro para ver.
Siento que estoy tocando las puertas del cielo”.
Hubo momentos en
los que parecía impensable, una utopía inalcanzable. Muchos, prácticamente
todos, perdieron la esperanza, conscientes de que cualquier alegría futura habría
que buscarla en los recuerdos del pasado. Pero no. Lo imposible ya es factible,
el sueño puede convertirse en realidad. Cinco años más tarde, un lustro después
de caer a un pozo que jamás pareció tan profundo, el Celta tiene la oportunidad
de regresar a la superficie. Un solo paso, un solo punto le separa de una
Primera División que aguarda la vuelta de uno de sus históricos. Cuarenta y
seis temporadas en la élite avalan a una entidad que ha pasado las últimas
cinco vagando por las catacumbas del fútbol español. Más de 1.500 días y de 200
partidos que pueden quedar atrás con tan sólo un empate. Un resultado que, por
otra parte, también es válido para su rival de hoy, un Córdoba que visita
Balaídos con la intención de asegurar su presencia en el play-off de ascenso. Nadie
quiere hablar de pacto, pero todos son conscientes de lo que hay en juego.
Basta una igualada para que los andaluces alcancen un sueño. Mismo marcador que
permitiría a los vigueses, de una vez por todas, abrir de par en par las
puertas del cielo.
Sólo Toni,
sancionado por acumulación de tarjetas, se perderá el enfrentamiento decisivo.
Túñez, con un esguince cervical tras sufrir un leve percance con su coche,
parece que llegará en condiciones. Por lo demás, todo el plantel estará
disponible para la disputa del gran partido. No se esperan cambios en el
esquema tipo de Herrera, por lo que lo lógico es que sea De Lucas quien ocupe
el flanco diestro. En la portería volverá Sergio, ausente el pasado domingo en
Tarragona, al igual que un Hugo Mallo que retornará al lateral derecho
desplazando a Oier al centro de la zaga. También se espera la vuelta de Bermejo
a la mediapunta, por lo que Álex López recuperará su posición en el doble pivote
en detrimento de Natxo Insa, así como la salida del once de Bellvís en favor de
Roberto Lago.
De esta manera, los
vigueses saltarían al césped de un abarrotado Balaídos con Sergio en portería y
una línea defensiva compuesta por Hugo Mallo, Oier, Túñez y Roberto Lago. Borja
Oubiña y Álex López estarán en sala de máquinas, con De Lucas, Bermejo y
Orellana por delante. Arriba, sólo en punta de ataque, los 23 goles de Iago
Aspas.
Por su parte, el
Córdoba llega a Vigo con la intención de certificar una histórica participación
en la promoción de ascenso que culminaría una temporada de ensueño. El hecho de
poder disputar los play-off ya es todo un éxito para el equipo dirigido por
Paco Jémez, por lo que la posición final resulta un tanto irrelevante. Los
franjiverdes precisan un empate que les otorgaría matemáticamente la sexta
plaza y vendrán a buscarlo a Balaídos conscientes de que es exactamente ese
resultado el que necesitan los locales para lograr el ascenso directo. Así
pues, se espera un Córdoba menos valiente que en otras ocasiones a sabiendas de
que cualquier riesgo puede terminar siendo fatal.
Ante la baja de
Javier Hervás y con futbolistas como Charles o Pepe Días apercibidos, es de
esperar que Paco Jémez reserve algunos futbolistas. De este modo, los visitantes
jugarían de inicio con Alberto García bajo palos y una retaguardia compuesta
por Fernández, Gaspar, Ximo Navarro y Fuentes. López Garai y Alberto Aguilar
por delante, con Borja García y Fede Vico en las bandas, y arriba López Silva y
Patiño.
Hernández Hernández
impartirá justicia en un encuentro del que se espera un final feliz conjunto.
La amenaza de pacto sobrevolará un Balaídos a reventar que espera ver cómo su
equipo abandona el infausto pasado reciente y se abalanza sobre un futuro
cargado de ilusión. Nunca en todo este tiempo había estado tan cerca. Ni tan
siquiera cuando Michu envió al cielo de Granada las esperanzas de los
celtistas. La historia puede terminar como empezó. A finales de agosto de 2007,
el Celta inició su andadura en Segunda con un empate ante el recién ascendido
Córdoba. Hoy, 3 de junio de 2012, los andaluces son el último obstáculo. Como
diría Bob Dylan: “Siento que estoy tocando las puertas del cielo”.
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