Joan Tomás, Manucho, y la portería del ascenso


Foto: Gonzalo Martín Velasco 
Cuando el año pasado el Celta preparaba el playoff ante el Granada, se celebró una "Kedada" celeste en Praza de Compostela. Aquel día, cientos de aficionados arroparon a los jugadores, que saludaron, charlaron y se hicieron fotos con todos los celtistas que decidieron sumarse al evento. Fuimos hablando con todos los jugadores y al llegar a la posición de Joan Tomás, Javier Encisa, JES, y un servidor le dijimos que marcaría el gol del ascenso. Nos referíamos, obviamente a esa temporada, pero el catalán no pudo cumplir el vaticinio. 

Al menos no esa temporada. Su importancia en el equipo perdió relevancia en la recta final del curso, y no llegó ni a jugar el partido de vuelta en aquella fatídica eliminatoria ante el Granada. Esta temporada ha sido muy distinta para él. No porque se ganase la titularidad, ya que mantiene su eterna condición de revulsivo, sino porque su importancia en el equipo ha sido decisiva y determinante. Sus goles salvadores han mantenido al Celta en la pelea. Recordamos muchos de sus goles, casi todos determinantes. Certificó la remontada ante el Almería, logró un punto de oro en Huesca con un golazo de chilena, e incluso asistió a Orellana para ganar en Sabadell y alcanzar otra victoria fundamental. 

Pero si por algo se recordará a Joan Tomás es por su gol en Pucela. Allí, aquel día del mes de marzo, se logró el ascenso. Ese gol permitió al Celta lograr dos puntos, restó uno al Valladolid, le dio ventaja en el goal-average particular y posibilitó que el Celta llegase al tramo decisivo con la garantía de depender de sí mismo. Así que, finalmente, aunque no fuese en la temporada pasada, Joan Tomás terminó marcando el gol del ascenso. Y sí, fue en marzo, lo que puede parecer un poco raro, pero es que los genios aparecen cuando les da la gana, y Joan Tomás no es otra cosa que eso. Un genio. 

Claro que tampoco nos podemos olvidar de Manucho. Para la historia quedará el recuerdo de otro gol en el descuento, en el mismo escenario y en la misma portería. Una portería ya mágica para el celtismo, que siempre recordará como dos goles anotados en el mismo marco, y casi en el mismo minuto, nos permitirán jugar el próximo año en Primera División. La realidad siempre escribe las mejores historias. 


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